La historia de la Asociación Extremeña de Padres para la Integración, Bienestar y Autonomía (Aexpainba) va ligada a la de su impulsora y su actual presidenta, Magdalena Moriche. Aunque oficialmente se puso en marcha hace 20 años, comenzó a gestarse cinco años antes, cuando a su hijo le diagnosticaron inteligencia límite. Su casa fue su primer despacho, buscó a padres con niños en la misma situación que el suyo, recursos dentro y fuera de Extremadura y habló con profesionales y expertos. No fue fácil, pero logró reunir a un pequeño grupo de padres y el 23 de marzo de 1998 se registró oficialmente como asociación para prestar atención específica a personas con inteligencia límite y discapacidad intelectual ligera.

En sus inicios, la asociación de esclerosis múltiple les cedía su sede una tarde a la semana para reunirse. También utilizaron las aulas del instituto Bioclimático, alquilaron locales en Valdepasillas y ocuparon durante años el edificio de la antigua facultad de Biblioteconomía, hasta que en el 2012 se trasladaron a su centro, el primero en propiedad, en Huerta Rosales, con 3.500 metros cuadrados. Cuando Aexpainba se fundó atendía a cinco familias, no contaba con ningún profesional en plantilla y sus esfuerzos se centraban en cubrir las necesidades de ocio y tiempo libre de estos niños. Dos décadas después, la asociación ofrece 19 servicios diferentes que dan cobertura «integral» a sus 205 usuarios, cuenta con 56 trabajadores y con 340 socios y colaboradores.

Las prestaciones se han ido incrementando siempre en función de las necesidades de los usuarios, para que no se quedará sin cubrir ningún ámbito. Así, a los servicios de ocio y tiempo libre, se fueron sumando los deportivos, educativos, clínicos (orientación funcional, logopedia), laborales (centro especial de empleo, academia de oposiciones, inserción), formativos y, por último, viviendas tuteladas. En estos momentos disponen de 16 plazas, pero a partir del 1 de junio se duplicará este número y se contará con 32.

«El sueño de mi marido y mío era que nuestros hijos tuvieran un centro donde abordaran todas y cada una de sus necesidades y le dieran las herramientas adecuadas para que cuando nosotros no estuviéramos, el centro se ocupara de todo. Ese era nuestro sueño inicial, al que luego se unieron los otros padres», explica Magdalena Moriche.

UN REFERENTE / En estos veinte años, se han realizado más de 400 valoraciones; más de una treintena de usuarios han conseguido encontrar un trabajo fijo; se ha creado una Escuela de Judo Adaptado a nivel nacional, con dos árbitros, y su forma de trabajar se ha convertido en un referente, que han ‘exportado’ a lugares tan lejanos como Ecuador. También sus profesionales se han despalzado hasta el País Vasco para asesorar y formar a técnicos y maestros a petición del Gobierno de esta comunidad. El año pasado, Aexpainba fue declarada Entidad de Utilidad Pública, «otro éxito muy importante», según resaltó Fernando Durán, gerente de Aexpainba.

También sus servicios y metodología han hecho que algunas familias con miembros con inteligencia límite se vengan a vivir a Badajoz desde lugares como Cartagena o Huelva.

La subvención de menor cuantía que han recibido en estas dos décadas ha sido de 320 euros para comprar material, y la de mayor, 1,2 millones de euros, para parte de la construcción de su actual centro. También han recibido seis premios, dos nacionales, el Miguel Hernández y el Adalid de la Paz y la Libertad, y otros cuatro de ámbito regional, entre ellos el Especial de La Crónica, que recogieron en la última edición de los Premios Empresario de Badajoz. En su perfil de Facebook tienen 3.575 seguidores.

Estos solo son algunas cifras que resumen parte de la historia de Aexpainba, que desde 1998 ha dado pasos de gigante en su lucha por los derechos y las obligaciones de las personas con inteligencia límite y discapacidad intelectual ligera. Pero los retos no se han acabado. Uno de ellos es que la Fundación Magdalena Moriche, que se creó en el 2007, pueda asumir la tutela de los usuarios que por sus circunstancias necesiten ese «apoyo y acompañamiento» para que no queden en situación «de desprotección». Ahora es la Comisión Tutelar de Adultos de la Dirección de Infancia y Familia es la que la ejerce en los casos de orfandad, siempre que la persona no se pueda autorrepresentar.

Otro de los objetivos que se plantean es afrontar el envejecimiento de los usuarios, para cubrir también sus necesidades en esta etapa de la vida. Ahora, la edad media de las personas que se atienden es de 27 años (el mayor tiene 57 y el menor 9 años). «Esto evidencia que la mayor demanda en estos momentos es la formación y el empleo», apunta Durán.

OPORTUNIDADES / Magdalena Moriche defiende que lo que ha hecho Aexpainba durante estos 20 años es «dar oportunidades para que puedan demostrar sus capacidades, y nuestros chicos nos están demostrando que esto es así». La presidenta de Aexpainba quiso agradecer y reconocer la labor de todos los padres, profesionales, instituciones y particulares que durante este tiempo han respaldado este proyecto. «Queda mucho aún por hacer, esto no se acaba nunca», asegura.