El primer vuelo desde la base aérea de Talavera partió ayer por la tarde rumbo al Líbano con 200 militares de Bótoa. El avión despegó con más de una hora de retraso con destino a Beirut, ciudad desde la que los soldados extremeños se desplazarán hasta la base Miguel de Cervantes, en la región de Marjayún, en el sureste libanés.

Allí se reunirán con los otros 200 militares --un centenar del acuartelamiento pacense-- que volaron de avanzadilla el pasado 7 de diciembre desde Madrid. El resto de las tropas extremeñas, hasta completar los 750 soldados de la base de Bótoa que participarán durante cuatro meses en esta misión de paz viajarán en otros tres vuelos mañana domingo y los próximos días 16 y 20.

En la plaza de Armas de la base de Talavera se vivieron ayer de nuevo emotivas escenas de despedida entre los soldados y sus familiares. La cercanía de la Navidad hace aún más difícil la separación y frente al ánimo de los militares, sus familias encaran la marcha de los suyos con cierto desconsuelo, a pesar de que se ha asegurado que las tropas se desplegarán en una zona "segura y tranquila".

El general jefe de la Brigada Extremadura XI, Casimiro Sanjuán, que estará al mando del Sector Este en la misión de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano (Finul) viajará al país asiático en el vuelo de mañana, ya que está previsto que tome el relevo del mando el día 15. La brigada extremeña releva en el Líbano a la compuesta por efectivos de la Brigada de Infantería Mecanizada Guzmán el Bueno, con sede en Cerro Muriano (Córdoba).

El contingente de 1.100 soldados españoles se completará con militares de otros cinco países: Nepal, India, Indonesia, Malasia y El Salvador. Todos ellos --unos 4.500 soldados-- estarán bajo las órdenes de Sanjuán.

La misión de las tropas extremeñas consistirá en apoyar al ejército libanés, velar por el cese de hostilidades entre Líbano e Israel y asegurar el acceso humanitario a la población civil que, en general, "se muestra receptiva y agradecida ante la presencia española".