La Agrupación Vecinal de Badajoz Ibn Marwan ha dicho que representa al 42% de los vecinos. Hay que recordar que la agrupación, escindida de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Badajoz, reúne a las de Santa Marina, San Roque, Casco Antiguo, Valdepasillas y Huerta Rosales, mientras que el resto, en barrios y poblados, permanecen aún bajo la protección de la Federación. Hay que fijarse en la preposición. He escrito "asociación de" y no, simplemente, el nombre del barrio, porque hay una excesiva tendencia a identificar una parte con el todo, a una asociación con el conjunto del barrio, tendencia que, inevitablemente, puede conducir a la megalomanía. Suele ser, también, defecto de los medios de comunicación cuando titulan Santa Marina dice- , San Fernando exige- o Los vecinos reivindican , por poner algunos ejemplos que demuestran claras deficiencias en la ciencia demoscópica.

Volvamos a los porcentajes. Si una agrupación de asociaciones de vecinos se arroga una representación del 42% de la ciudad, ¿qué porcentaje correspondería a la Federación? ¿Y a los colectivos de la Margen Derecha? Hilando aún más fino, y pasando de vecinos a ciudadanos, a la Asociación Amigos de Badajoz, ¿qué porcentaje de representación ciudadana le pertenece? Y el porcentaje de la Asociación Cívica, ¿a cuánto asciende? Más interesante es la Plataforma por la Rehabilitación de la Alcazaba, que reúne a un montón de colectivos que, imagino, asegurarán tener una nutrida representación. La Falcap, las cofradías, el Ateneo o la Económica, entre tantos, también demandan su representatividad. Así las cosas, surge la gran pregunta: ¿qué porcentaje de representación le corresponde al alcalde o a los partidos políticos, contando que en las últimas elecciones municipales PP, PSOE e IU obtuvieron, respectivamente, el 49, 37 y 5 por ciento de los votos?

Todo lo anterior indica que las urnas son sagradas y que la representatividad de la sociedad civil siempre es relativa. No son lo mismo 400 socios que 40.000 votos como tampoco son lo mismo 200 socios pero 60 que pagan y 20 que van a las asambleas. La participación ciudadana, que no es patrimonio vecinal ni tampoco la puerta de atrás para alcanzar liderazgo o representación social, más que exigir, medrar, presionar o reivindicar, es aportar, colaborar, construir y conciliar. La fuerza de la sociedad civil no radica en su presencia mediática sino en su capacidad para sumar esfuerzos.