Casi la mitad de los pacientes terminales que reciben cuidados paliativos en el Area de Salud de Badajoz fallecen en su domicilio, un 47% --el 53% en hospitales--, según la Asociación Contra el Cáncer (ACC) de Badajoz, que colabora con el SES en este área, y lo confirmó el coordinador del Programa de Cuidados Paliativos, Javier Rocarfort.

En el 2004 se atendió a 302 pacientes --en el 2005 van 130 hasta abril--, de los que murieron 221 (104 en casa). La duración media en programa es de 26 días por paciente y el equipo de Badajoz, formado por 4 médicos, 4 enfermeros y un psicólogo, recibió 1.540 llamadas telefónicas y atendió a 419 familias en duelo. Esta labor la realiza la ACC mediante un convenio con el SES, desde que éste asumió los cuidados paliativos como una prestación pública a la que tienen derechos todos los ciudadanos.

Ana Rosas Murillo de la Cueva, presidenta de la ACC, explicó a EL PERIODICO que su labor comienza "cuando el enfermo ha pasado por la quimioterapia, la cirugía, entra fase terminal y necesita que le ayuden a vivir; hay que darle lo que necesite en medicación y atención física y psicológica, también a la familia; hay que prepararles para la muerte y para el duelo".

PRESTAR APOYO Los cuidados paliativos se prestan en el domicilio y en el hospital para hacer la situación del paciente "más llevadera". Consisten en dar apoyo en limpieza, higiene, alimentación y psicológico, pues"los pacientes suelen estar muy nerviosos, algunos tienen ataques de ira; hay que ayudarles a que se serenen y a las familias a cuidarles, que se sientan útiles", señaló la presidenta de la ACC.

Los profesionales procuran que el enfermo esté de la mejor forma posible en casa, en un ambiente limpio, con luz, con música, siempre conforme a la situación familiar. Rosas destaca la atención integral al enfermo y añade que "se procura la presencia de los amigos; no es bueno que se alejen por aprehensión o porque crean que molestan".

En todo caso, "siempre se actúa desde el respeto a los deseos del paciente y de la familia", tanto a la hora de prestar servicios "sociales, económicos, legales o espirituales", como en aspectos que llevan los voluntarios de la asociación. El equipo de Badajoz se desplaza en un coche donado por Ford.

COORDINADOR Javier Rocafort afirmó que el programa es "un servicio que garantiza el SES a cualquier tipo de paciente, aunque en el 88,9% de los casos son enfermos oncológicos. Por cada dos de éstos hay otro de una patología diferente". El programa llega al 60% de todos los enfermos que los necesitan.

En la actualidad, el SES trabaja en un estudio para conocer con exactitud cuántos pacientes fallecen en sus domicilios y cuántos en hospitales, en toda la región, pues los datos aquí utilizados son del área de Badajoz. Rocafort destacó que "con el programa no se trata de convencer a nadie para que muera en su casa, sino que se pretende que haga donde haga el tránsito sea el lugar más adecuado, donde esté mejor y cuente con el apoyo sanitario necesario".

Lo normal es que, según encuestas de ámbito nacional, "las personas prefieran morir en casa, con su familia y en su entorno, pero hay veces que no es posible o que es mejor que estén en un centro", dijo. Sea como sea, "el programa se vuelca en proporcionar apoyo sanitario y llevarlo donde sea necesario".

En el caso del área de Badajoz, la ACC ya prestaba estos cuidados en los que eran pionera en toda España, de ahí que el SES los mantuviera en sus manos "por la experiencia y porque los conocen bien", señaló.

Ana Rosas explicó a su vez que se pone todo el empeño en que "el paciente muera en paz, sin dolor y con dignidad, y atender también al cuidador principal, que suele ser el cónyuge o hijos. A ellos también se les prepara para la pérdida y se les ayuda, pues la familia queda agotada, aquí nuestro voluntariado ayuda mucho, su presencia permite que estas personas se duchen o salgan a hacer gestiones de la vida cotidiana".

Una faceta importante no sanitaria, dijo, "es escuchar al enfermo, proporcionarle información, darles algo que desean, un cigarrillo, una copa, acariciarlos, cogerles la mano o dejarlos llorar. Creo que, humanamente, hacemos algo importante".