El 60% de los 6.518 usuarios que recurrieron a Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz el año pasado fueron mujeres de nacionalidad española de entre 25 y 44 años. Eso es lo que se desprende de la memoria del 2017, en la que también se advierte de un aumento de las personas mayores de 45 años que han solicitado ayuda a la oenegé y cuya situación de necesidad se debe a las dificultades para hallar un puesto de trabajo.

Si este dato «preocupa» a los responsables de Cáritas, también lo hace que más de la mitad de los usuarios (el 53%) lleven menos de dos años recibiendo ayuda, es decir, que se trate de «personas nuevas» que acuden a la oenegé a pesar de que la situación económica parece haber mejorado. Según el director de Cáritas, Jesús Pérez Mayo, esto significa que la crisis no ha sido coyuntural, sino estructural y que son muchas las familias que viven hoy día en situación de vulnerabilidad. Otro 39% de los usuarios reciben ayuda de la institución desde hace más de tres años.

ALIMENTOS Y ALQUILER/ Los alimentos básicos son la ayuda más demandada (39%), mientras que los gastos para la vivienda, sobre todo para afrontar el alquiler, suponen el 17,3%. Y es que aunque los usuarios contabilizados en el 2017 fuesen 6.500, la mayoría de las ayudas son para familias al completo, por lo que los beneficiarios soprepasaron los 16.900. La cifra es ligeramente inferior a la del 2016, cuando se atendió a 7.235 personas (con 19.492 beneficiarios). «El PIB aumenta, el empleo remonta, pero la pobreza y los índices de desigualdad son iguales. Los que peor estaban siguen igual de mal y los que mejor estaban, mejoran», reflexionó Pérez Mayo, quien, aunque valoró que es «positivo» que haya menos personas que recurran a Cáritas, lamentó que el descenso sea todavía insignificante, por lo que abogó por la «participación y el compromiso» para construir una sociedad más justa. Asimismo, alertó de que tener trabajo ha dejado ya de ser «un seguro» contra la exclusión y muchas familias deben recurrir a la ayuda de la oenegé a pesar de tener empleo por los bajos salarios que perciben, por lo que reclamó una condiciones laborales «decentes».

Cáritas de Mérida-Badajoz invirtió el año pasado más de 4 millones de euros en sus programas y proyectos, de los que 450.000 destinó a cooperación al desarrollo. La mayor parte de sus fondos proceden de subvenciones de las administraciones públicas, pero también de entidades privadas con las que colaboran y de los socios. Estas aportaciones y el trabajo de los voluntarios hacen posible que Cáritas pueda atender a quienes más los necesitan a través de sus 131 puntos de acogida y atención primaria; sus centros para personas sin hogar (el Centro Hermano en Badajoz y el de Padre Cristóbal en Mérida); las cuatro viviendas de convivencia y autogestión; y el Centro de Promoción y Empleo, ubicado en la barriada del Cerro de Reyes.

MÁS VOLUNTARIOS /Aunque el número de voluntarios ha crecido hasta los 1.808, el director de Cáritas aseguró que se necesitan más para cubrir todos los servicios. «Siempre será bienvenida cualquier ayuda», aseguró.

Pérez Mayo informó de la memoria anual, que se presenta bajo el título No son datos, son compromisos, acompañado por el vicario y consiliario de Cáritas, Francisco Maya. Este último hizo una llamada a la «solidaridad» de todos los ciudadanos para luchar contra la «globalización de la indeferencia» ante la pobreza y la exclusión social y defendió la necesidad de dar una dimensión «social y política» al compromiso de fe para estar «en la calle, en los barrios y no en la sacristía».

ACTO PÚBLICO / Coincidiendo con la presentación de la campaña y para conmemorar el Día de la Caridad, hoy, a las ocho de la tarde, miembros de todas las Cáritas parroquiales de la ciudad de Badajoz están convocados a reunirse en el paseo de San Francisco, donde escenificarán un gesto público. Será un «círculo del silencio», a través del que se expresará el deseo de solidaridad y se denunciará la situación de quienes viven en riesgo de exclusión social y las «injusticias» que se suceden día a día en el entorno más cercano, en las barriadas.

Tras la lectura de un manifiesto, los asistentes podrán participar en la oración que se celebrará en la parroquia de San Juan Bautista.