El 12 de junio finalizará la primera edición de la Escuela de Abuelos que la Asociación Segundo Asalto ha puesto en marcha en El Progreso con el objetivo de dotar de herramientas y asesorar a personas que se encargan del cuidado y educación de sus nietos, al mismo tiempo que se les ofrece un lugar de encuentro para tratar sobre cuestiones que les interesan o preocupan.

Se trata de una experiencia piloto que el colectivo pretende trasladar el próximo curso a otras barriadas y centros de mayores. "Hemos empezado con 15 personas inscritas, pero suelen venir unos diez. El proyecto va bastante bien, quienes asisten aprovechan bastante las clases y desde el principio se han enganchado", valoró Ana Zapata, una de las promotoras de esta iniciativa, junto a Maribel Díaz.

Los asistentes a esta escuela de abuelos son todos vecinos de la Margen Derecha. Algunos tienen a sus nietos a su cargo la mayor parte del día y otros cuando lo requieren las necesidades familiares. En las sesiones, que inicialmente iban a ser quincenales, pero que a petición de los propios usuarios se llevan a cabo de forma semanal, se han abordado la realidad en la que viven y las dificultades y peligros que el entorno puede plantear en la educación de los menores. Además, los abuelos analizan su papel en el seno familiar o en el conjunto de la sociedad. "A veces se sienten importantes, como en la parte que atañe a la educación, pero en otras cosas, como a la hora de marcar la disciplina piensan que están relegados, aunque sean ellos quienes cuidan la mayor parte del día a sus nietos".

En las sesiones también participan expertos para tratar los distintos asuntos, como la pedagoga del centro de salud, una psicóloga y un mediador familiar.

El proyecto está financiado en solitario por Segundo Asalto. Su objetivo era que, una vez en marcha, otras instituciones y entidades se fijasen en esta iniciativa para ampliarla a otras zonas. "Eso está pasando, aunque no podemos adelantar mucho más porque aún no hay nada firmado", apuntó Ana, quien señaló que en algún caso los contenidos de la escuela se adaptarían al tipo de usuarios al que se dirigen y no estarían tan centrados en su papel de cuidadores de sus nietos.