Después de la larga espera, los vecinos de Suerte de Saavedra pueden ver ya terminado el centro social que se proyectó construir hace una década con el dinero donado por ciudadanos anónimos a Cáritas para ayudar a los damnificados por la riada de 1997.

La obra está ya concluida, según el director de Cáritas, José María Vegas, y el constructor Víctor Muñoz, por lo que la oenegé ha iniciado los trámites para cederlo de forma "inminente" al ayuntamiento, que se encargará de la equipación y gestión del mismo, como acordaron.

Los trabajadores estaban ayer tapando el adoquinado de la acometida de la luz y los arquitectos de la empresa constructora tenían previsto pasarse para hacer la última revisión. Los suelos de mármol y granito ya se han abrillantado, la conexión eléctrica está hecha, "y todo está a punto para poder utilizarlo, una vez se dote de mobiliario", según Víctor Muñoz.

Sin embargo, el edificio seguirá vallado y con vigilancia hasta que el consistorio se haga cargo de él. Falta el ajardinamiento de los alrededores, una actuación que "tendrá que hacer el ayuntamiento, que se lo prometió a los vecinos".

El constructor recordó que la obra ha concluido seis meses antes de lo previsto, ya que el plazo de ejecución era de 18 meses y ha tardado alrededor de un año. "Empezamos a levantar el edificio en febrero".

El presidente de la asociación vecinal, José Manuel Chaves, espera que pronto pueda abrirse para su uso. Según recordó, la asociación se pidió hace tiempo al ayuntamiento que fuera agilizando los trámites para equiparlo "y no dejar dejar el centro cerrado mucho tiempo.