Los accesos desde el puente Real y la vía de la subestación de Sevillana y el antiguo ferial llevan años sin concluir convertidos en una campo de cráteres y pastizales y jaramagos, que convierten en un verdadero peligro acceder al paseo de la margen izquierda que bordea el río Guadiana hasta el azud, hoy en estado de semiabandono.