Representantes de las asociaciones de vecinos de varios poblados de Badajoz han acogido de forma positiva la iniciativa del ayuntamiento de regular los huertos familiares que existen en las ocho pedanías, siempre que el dinero de los posibles alquileres reviertan en sus poblaciones. Son unos terrenos comunales de propiedad municipal cedidos en uso hace 50 años a los primeros habitantes que llegaron esas poblaciones de colonización, con el fin de que los cultivaran para el autoabastecimiento, en un tiempo de económica autárquica.

La idea de dar una seguridad jurídica a los actuales usuarios y a los que pudiera haber en el futuro, y de poner orden en la situación de esos terrenos, que suman 120 hectáreas, ha sido bien recibida, en general, aunque también hay algunos matices en cuanto a la forma de hacerlo.

Este diario pudo hablar con representantes de los vecinos de Valdebótoa, Villafranco y de Gévora, pues el resto no pudieron ser localizados telefónicamente, si bien Joaquín María Ramos, presidente de la asociación del primero de estos poblados, transmitió que el de Novelda compartía la idea de que está bien que se regule esta situación.

De las 120 hectáreas en huertos familiares, Valdebótoa tiene 34 con 70 huertos y Novelda 17 hectáreas con 18 huertos.

TODOS TIENEN HUERTOS Gévora cuenta con una veintena junto la curva de la carretera de Montijo y el puente sobre las vías del tren, según su representante Manuel Fernández; y en Villafranco, cuyo número desconocía José María Rubio, presidente vecinal, se encuentran a ambos lados de la antigua N-V; los demás también tienen sus huertos en mayor o menor medida según el tamaño del poblado, y todas sus iglesias tiene asignado uno.

Ramos explicó, tras hablar con diversos vecinos usuarios de los huertos, de su población y de otras, y siendo él mismo usuario de uno, que el contrato establece la prohibición de enajenar o cambiar de destino la parcela sin la autorización del antiguo IRYDA, cuyas competencias tiene hoy la Consejería de Agricultura. Es a asta a la que se ha dirigido el ayuntamiento para pedirle que levante la cláusula que impone el uso del autoabastecimiento, porque hoy no responde a la realidad económica y social, como reconocen los propios vecinos, para en su momento poderlos ofrecer en alquiler y para participar de los beneficios que hoy obtienen los usuarios.

Los tamaños de los huertos varían de entre media y dos hectáreas, aproximadamente. Ramos manifestó que "estaríamos de acuerdo en que se regule este tema y en que se alquilen, siempre que fuesen alquileres administrativos".

AL TERMINO DEL CONTRATO Incluso proponen "algunos" usuarios, según dijo Ramos, que "el inquilino no tenga derecho sobre el terreno cuando termine el contrato", y que se establezca "alguna cláusula de salvaguarda para reservarlo en caso de necesidad de uso de la comunidad, si el ayuntamiento decide hacer viviendas y o darle un uso dotacional, para que pueda recuperarlos sin problemas para rescindir el contrato, indemnizando al usuario su ha tenido gastos".

Señaló el presidente vecinal de Valdebótoa que "he hablado con usuarios y sería bueno que el dinero de los alquileres revierta en los poblados, porque es algo que pagan sus vecinos". Y también que es posible que el ayuntamiento tenga problemas para saber si los terrenos son suyos en algún caso, pues "no te extrañe que algunos hayan pasado a otras manos y en ese aspecto haya descontrol; además el ayuntamiento tiene otros terrenos alrededor de los poblados que no son huertos comunales".

EL COSTE DEL RIEGO Al parecer, una de las causas del interés municipal en ordenar los huertos se debe al coste del agua para regar que les cobra la Confederación del Guadiana, ya que les pasa el recibo a la propiedad del terreno por regar con agua del Canal de Montijo, según Ramos.

En Villafranco, donde algunos usuarios han construido incluso naves, Rubio consideró que "puede haber algún problema, puede ser delicado cuando se haga". Además, "aquí no hay más suelo y las próximas viviendas se harán en estos terrenos". No obstante, manifestó que aclarar esta situación "dará seguridad jurídica" y ve bien que el dinero del alquiler revierta en los poblados.

BUENA PINTA Manuel Fernández, de Gévora, afirmó que la idea de revertir los alquileres en cada pedanía "tiene buena pinta", pero no descartó problemas en algunos casos, pues hay "jubilados que los tienen como espacio de ocio para cultivar sus cosas, que luego ni pueden vender porque les roban lo que producen, pero se entretienen". Y en ese sentido, es partidario de que se respeten; pero ve bien que se ponga orden en los casos en que utilicen para producir y vender.

Asimismo, consideró Fernández que se puedan ofrecer en alquiler y que en caso de necesidad para el pueblo, el ayuntamiento los pueda recuperar.