La cooperativa Colonos --de la que nació Caval--, tenía una deuda de unos 43 millones de euros con Acorex; cuando fue a cobrar, Manuel García, el entonces gerente, les manifestó que ya no existía, por lo que se interpuso una demanda judicial para embargar, mas García interpuso otra de tercería de dominio para preservar los bienes de Caval. Acorex presentó una demanda penal y entonces, el gerente esperó al abogado en la puerta y le prometió pagar con pagarés de otras empresas. Son algunas de las cuestiones que desveló ayer Román Prieto, abogado de Acorex en 1993, en su declaración en el juicio por la quiebra de Caval que se sigue en la Audiencia.

También el director de Logipymex, que realizó un estudio de viabilidad, confirmó los declaraciones del día anterior del auditor de esta firma y las palabras de García, de que si se supiera lo ocurrido se tendría que marchar del pueblo. Un proveedor manifestó también que nunca cobró y que su nombre fue utilizado para justificar, falseando su cuenta, un pago para poder cobrar subvenciones de la Junta, explican fuentes jurídicas.

Además, el presidente del último consejo asesor de Caval, de la época de García como gerente, afirmó que no tenían información sobre el estado de la cooperativa, ni de la deuda; que quien mandaba era Manuel García. Y que él, que había sido presidente de Colonos, la daba por muerta cuando descubrió que seguía siendo presidente sin saberlo y sin haber firmado ni consentido para ello.

El juicio continúa hoy con pruebas periciales y tras un parón el lunes, se retomará la vista oral la mañana del próximo martes.