El viento fue el enemigo al que se tuvieron que enfrentar ayer los cerca de 40 pilotos que participaron en el VI Encuentro Hispanoluso de Hidroaviones en el azud del Guadiana, que atrajo a cientos de pacenses deseosos de ver las acrobacias de los aviones y helicópteros sobre el agua.

En el cielo, a pesar de la climatología, se dibujaron loopings (círculos), toneles (girar en el eje longitudinal), ochos cubanos, caídas de ala, vuelos invertidos y a cuchillo (con las alas perpendiculares al suelo), aunque el viento hizo que hacía que el despegue y aterrizaje de los aparatos fuera más complicado. "Aquí es donde se ve a los buenos pilotos", apuntó Juan Carlos González, aficionado al aeromodelismo desde hace 20 años.

"El nivel de exhibición mejora cada año", aseguró Juan de Sixte, presidente del Club de Aeromodelismo Pacense, que destacó que volar sobre agua tiene "más valor" que hacerlo sobre tierra y se mostró orgulloso del aumento de aficionados en la región.

A la cantera del club pertenecen Ismael Alvarez, de 15 años, y Sergio Merino, de 16, que también acudieron a azud para volar sus aviones. El primero se aficionó al mundo del aeromodelismo "porque a mi padre se le metió en la cabeza". Un acierto porque ya lleva dos años volando y piensa en competir.

A Sergio, que se inició en estas lides hace tan sólo unos meses, fue su tío el que le transmitió la pasión por los aviones. Ayer era la primera vez que volaba sobre agua con su "avión entrenador", una avioneta que se utiliza para aprender, y estaba encantado con la experiencia.

Precisamente experiencia es lo que le sobra a Javier García. Lleva haciendo acrobacias con sus aviones desde hace 24 años y es de los que piensa que "nunca se termina de aprender". Ayer voló una maqueta de un avión real, el DR-107, de dos metros y con un motor de 23 centímetros cúbicos de alcohol y aceite de ricino. ¿El tamaño importa? "Cuanto más grande es el avión, mejor vuela".

Su aparato tiene siete años y "lo he estrellado dos veces, pero ahí sigue", comentó el piloto, quien aseguró que, aunque lo pueda parecer, esta afición no resulta costosa. "Una persona dice un lunes que el domingo quiere volar y por 400 euros lo tiene todo, con piezas que le durarán muchos años", explicó. Lo que sí recomendó este veterano del aeromodelismo es que para comenzar a volar "se pida consejo a alguien que ya sepa".

A los amantes de los aviones radiocontrolados no les gusta que sus aparatos se consideren juguetes. "Son aeronaves y vuelan como los aviones de verdad, con los mismos principios que un Jumbo o un Airbus 380,", afirmó Juan Carlos González.