La obra del nuevo Centro de Interpretación de los Ecosistemas Fluviales de Extremadura, que se construye en el Centro de Acuicultura Las Vegas del Guadiana, en Villafranco, ha concluido. En estos momentos los técnicos de la Junta de Extremadura están capturando especies en las distintas zonas fluviales de la región para destinarlas al mismo, que albergará una macropecera, a modo de acuario, y varias peceras de menor tamaño. "Tendremos a los peces en cautividad para conocer su comportamiento y luego poder así mantenerlos en las peceras del centro", según declaró a EL PERIODICO el director general de Medio Ambiente, Guillermo Crespo, quien anunció que estas nuevas instalaciones abrirán a final de año y podrán ser visitadas.

Se mostrarán 20 especies de peces de las 31 que habitan los ríos, "habrá una representación de la mayor parte de los peces, tanto los autóctonos como los que se han ido introduciendo con el tiempo", explicó.

En el acuario se intentará simular, según Guillermo Crespo, un pequeño ecosistema típico de aguas templadas de Extremadura donde habitarán carpas, tencas, barbos y jarabugos, entre otros, "será un reflejo del potencial piscícola de la región".

El centro de interpretación se ha construido en una superficie de 287 metros cuadrados, dentro de las instalaciones del Centro de Acuicultura Las Vegas del Guadiana, que ocupa una extensión de 125.000 metros cuadrados. El área de exposición al público es de 137 metros cuadrados. En esta la obra se han invertido 356.000 euros y se han previsto otros 90.000 para el mobiliario y la adecuación.

ESCUELA DE PESCA Estas instalaciones funcionarán como un aula de educación ambiental enfocada a la interpretación de la naturaleza piscícola, "se centrará en un ámbito que no se había tocado hasta ahora como son los ecosistemas fluviales".

Pero el objetivo es más ambicioso, según el director general, porque se pretende crear una escuela de aprendizaje para que los ciudadanos, concretamente los niños y los jóvenes, conozcan la pesca y sepan cómo conservar mejor la naturaleza. También estará abierta a sociedades de pescadores con el fin de que puedan aprender nuevas técnicas.

Las instalaciones se convertirán en una escuela y en un "museo vivo", al que se podrán acercar grupos en visitas organizadas y guiadas por monitores del centro. Esto, según Guillermo Crespo, vendrá a completar la actividad que se realizaba, "porque ya hacíamos educación ambiental pero era difícil mostrar a los visitantes los peces desde los tanques".

La piscifactoría de Villafranco, con una plantilla de 14 trabajadores, realiza una labor de ensayo con especies endémicas y también cultiva peces, en su mayoría carpa y tenca. Este año tiene previsto reproducir 2,5 millones de alevines de tencas, 100.000 de carpas, 35.000 cachos y 6.000 barbos, que repoblarán los ríos de la región.