La pérdida de los tres policías fue especialmente sentida en el Sindicato Unificado de la Policía (SUP), al que pertenecían los agentes fallecidos desde hacía muchos años. El secretario de este sindicato en Extremadura, José Sánchez Espinosa, recordaba a Manuel Nogales como "uno de los históricos del sindicato, trabajó desde la clandestinidad cuando aún no estaba legalizado y luchó para que hoy tengamos una organización sindical, una herramienta para la defensa y mejora de nuestra profesión".

El relevo lo ha tomado su hijo, Antonio Nogales, que forma parte de la ejecutiva provincial del sindicato. Nada más conocerse la noticia del accidente, el SUP se puso a disposición de las familias de sus compañeros, para ayudarles y acompañarles en este duro trance. También contactó con los miembros del SUP de Tarragona "para que les asistan allí en todo momento".

También Narciso Matamoros formó parte de la ejecutiva regional del sindicato, donde se ocupó de la Secretaría de Segunda Actividad, y Mariano Rodríguez se mantuvo vinculado también al SUP.

Sánchez Espinosa recordó que apenas hacía dos meses, el 15 de diciembre, habían estado juntos, en el homenaje que el sindicato rinde a los que pasan a segunda actividad y a los jubilados, "y este año le tocó a Nogales y a Matamoros, les dimos una placa y a sus mujeres les entregamos unas flores, como solemos hacer con todos".

El dirigente sindical manifestó que "la plantilla de Badajoz está muy consternada, sobre todo los más mayores, eran tres personas muy arraigadas a la ciudad". Lamentó que "después de 40 años de servicio, ahora que podían disfrutar de la jubilación, les llegó la mala suerte. Ha sido un duro golpe".

Amigos y compañeros

Roberto Herrera, un compañero de los fallecidos recordó, sin poder ocultar las lágrimas, que Nogales y Matamoros habían estado en activo hasta hacía pocos meses, "de hecho, ellos seguían viniendo por la jefatura. Nogales estuvo aquí el 11 de febrero para preparar unos papeles y nos trajo morcilla y vino de su pueblo, Salvaleón, y Matamoros también venía por asuntos de juicios pendientes".

Relataba algunos episodios vividos juntos. "Estuve muchos años con Nogales en la frontera y luego con Matamoros he estado seis años en la Oficina de Denuncias. Ha sido un mazazo, en mi casa no hemos podido dormir en toda la noche", lamentaba Roberto en las dependencias de la jefatura.

También Julio González Zahíno, inspector del Grupo I de la Policía Judicial, revivió ayer su amistad con los finados. "Narciso y yo éramos amigos de la infancia, nos hemos criado en el Cerro de Reyes. Su mujer Margarita era una mujer muy alegre, no se perdía ni una fiesta del patrón, les encantaba ir a bailar. Mi familia está muy afectada", señaló.

Tanto la Delegación del Gobierno en Extremadura, como la Jefatura Superior de la Policía y el Ayuntamiento de Badajoz, expresaron ayer su dolor por lo ocurrido y trasladaron su pésame a las familias, que recibieron numerosas muestras de condolencias.