Miles de pacenses acompañaron ayer a la Virgen de Bótoa en la romería que cada año se celebra en su honor. Sin embargo, la afluencia de público no fue tan numerosa como en ediciones anteriores, a pesar de que los comercios no abrieron por ser primer domingo del mes como ha ocurrido en los dos últimos años. "La procesión la he visto más concurrida que otros años y en ese sentido estamos contentos. Pero se ha notado un poquito el puente y eso es inevitable", reconoció Javier Giralt, nuevo hermano mayor electo.

La jornada se inició con una eucaristía en recuerdo de los hermanos fallecidos. Tras la misa mayor, cantada por la Asociación de Coros y Danzas Extremadura, la Virgen de Bótoa, vestida con un manto rojo bordado en oro, salió de la ermita entre aplausos y vivas, mientras le lanzaban pétalos de rosa y sonaba el himno de España. La imagen recorrió el camino hasta la encina acompañada por más de un centenar de jinetes, los grupos folclóricos, las lavanderas, camareras y miembros de la junta directiva de la hermandad, así como por autoridades militares y civiles, entre ellas el alcalde, Francisco Javier Fragoso, y varios de sus concejales.

El camino de ida se hizo por la carretera, lo que provocó algunas retenciones de tráfico, mientras que la vuelta fue por el camino. Uno de los momentos más emotivos tuvo lugar cuando la comitiva se paró frente a la residencia de ancianos y los grupos de folclore cantaron y bailaron para los residentes.

En la tradicional subasta, que dirigió desde la terraza de la ermita Emilio González Barroso, el hermano mayor en funciones, Gonzalo Robles, se hizo con el ramo por 1.300 euros. "Quería despedirme quedándome con el ramo de la Virgen", explicó tras finalizar la puja. Como manda la tradición, entregó de nuevo las flores a la copatrona. El rosario se lo llevó por 700 euros la concejala del Instituto Municipal de Servicios Sociales, Rosario Gómez de la Peña, que, según contó, lo regalará por su Primera Comunión "a una persona muy cercana a la que sé que le hará mucha ilusión".

Este año solo había dos carrozas inscritas en el concurso. La denominada Bendita encina ganó el premio especial de 500 euros, y Los romeros , de Gévora obtuvo un premio de 100 euros. También se celebraron el concurso de platos gastronómicos, con una veintena de candidatos, y otro, novedad este año, para los jinetes mejor ataviados.

También, por segundo año consecutivo, la Hermandad de la Virgen de Bótoa sirvió raciones de espeto de cerdo a 3 euros y los fondos recaudados se entregarán a Provida.

El presidente electo de la hermandad (tomará posesión del cargo una vez que el arzobispo dé su beneplácito) tiene 33 años y su objetivo, según dijo ayer, es servir "de nexo de unión" con los jóvenes para que "no dejen de lado este tipo de tradiciones, con más de 500 años, y adaptarnos a los nuevos tiempos". Otro de sus retos será incrementar el número de hermanos (ahora 370). "Esperamos llegar al millar en no mucho tiempo", confió.