TAtunque el Corte Inglés, el ayuntamiento y la publicidad dijeron en noviembre que ya era Navidad, no es hasta ahora cuando realmente se nota el ambiente navideño en Badajoz. Y no estoy pensando en el agradable sonido de los niños cantando villancicos o en los copitos de nieve de las películas o en las miles de luces que serpentean por nuestras calles. No, no estoy hablando de ese idílico ambiente. Me refiero a los miles de vehículos que literalmente inundan Badajoz estos días, a las endiabladas idas y venidas de gente con los preparativos para las fiestas o las incompresibles colas que se forman diariamente en las tiendas de juguetes. ¿No habíamos quedado en que somos mileuristas y tenemos dificultades para llegar a fin de mes? Un enigma.

Aunque no lo parezca hoy me disponía a escribir algo bonito sobre la Navidad. Pero es imposible. Hasta el más creyente pasa sus agobios navideños.

Queda muy bonito decir que son fiestas donde la familia se reúne. Pero, ¿dónde se reúne? La situación no es tan agradable si es toda la familia la que se mete en tu casa. Hay que preparar el menú de Nochebuena, el de Navidad y si no hay posibilidades de colocarse en ningún otro domicilio familiar, hasta el de Año Nuevo. Tu hermano se presenta con la típica botella de champán y si a tu cuñada o suegra les da por estirarse un poquito lo mismo hacen el tiramisú. El resto, corre de tu cuenta.

Todo el año con tiras y aflojas, sin que se dignen a descolgar el teléfono, y ese día todos obligados a sonreír y a comer en la misma mesa. Es comprensible que muchas cenas navideñas se hagan insoportables. Eso sí, hasta que comienza a hacer efecto el champán de tu hermano.

Y a todo esto hay que seguir trabajando --a no ser que seas maestro-- con los niños en casa, sacando tiempo para ir haciendo las compras, pensando en los regalos de reyes --aunque sabes que por mucho que te lo propongas los buscarás desesperadamente el día 5 por la noche-- etcétera.

Así y todo, lo reconozco, me gusta la Navidad. En estas fiestas, de forma sincera o no, la gente sonríe más.