El ala del teatro López de Ayala que da a la calle Pedro de Valdivia continúa sin rehabilitarse y, por tanto, sin uso quince años después de que se acometiesen las obras de reforma del emblemático edificio. Se trata de tres plantas con más de mil metros cuadrados de superficie y en las que, según fuentes consultadas por este diario, el proyecto inicial contemplaba la construcción de una pequeña sala para representaciones --con capacidad para algo más de 200 espectadores y ubicada sobre el muelle de descarga-- y otras dependencias para uso cultural.

En la primera planta, con tres puertas de entrada, existe un inicio de escalera y un distribuidor, que daría acceso independiente a este ala. En las plantas superiores, estaba previsto ubicar salas de ensayo, espacios para exposiciones, salones para distintos colectivos, así como las oficinas del consorcio que dirige el teatro, formado por la Junta, el ayuntamiento, la diputación y la Caja de Badajoz. Ahora la sede está en el otro ala del edificio y con entrada por el paseo de San Francisco.

Sin embargo, la parte del inmueble que da a Pedro de Valdivia continúa "en bruto" --hay una escalera de caracol sin barandilla, ventanas sin marco, el hueco de un ascensor, un gran pozo y hasta paredes del edificio original con ventanas tapiadas-- y en estos 15 años no consta, al menos oficialmente, que haya habido intención de adecuarla.

NO AFECTA A LA ACTIVIDAD. No obstante, según explicaron en una escueta nota desde la Consejería de Cultura, cuya titular, Leonor Flores, es la presidenta del consorcio, "la utilidad de esas obras se ha analizado en diversas ocasiones, aunque por el momento, no se ha determinado el uso que se le va a dar".

Que esta parte del edificio, de propiedad municipal, aunque adscrito al consorcio, siga pendiente de rehabilitación no afecta a la actividad habitual del teatro, puesto que los servicios de atención al público (escenario, salas, terraza y oficinas) se concluyeron. Sí existen voces que alertan de que el inmueble puede resultar dañado porque ese ala está sin lucir y permite el paso del frío, el calor y la suciedad.

Los colectivos culturales y personas relacionadas con el mundo del teatro consultadas coinciden en la necesidad de que las administraciones consorciadas impulsen la rehabilitación de esta parte del teatro, con una ubicación "privilegiada", para que esos más de mil metros cuadrados no continúen infrautilizándose durante más tiempo y pasen de ser cobijo de palomas a lugar de trabajo y encuentro.