Por primera vez, la ciudad contará con un albergue provisional para dar cobijo a las personas sin hogar durante la ola de frío que desde ayer se preveía en la región. Este alojamiento temporal, que se ha ubicado en las antiguas instalaciones de Proyecto Vida, en el número 40 de la calle Bravo Murillo, se abrió anoche por primera vez. Inicialmente, funcionará hasta el próximo lunes, de diez de la noche a diez de la mañana, aunque si la ola de frío se prolonga, este recurso se mantendrá hasta que se dé por terminada.

La iniciativa ha partido del Instituto Municipal de Servicios Sociales (IMSS), que cuenta con la colaboración de Cruz Roja, Cáritas y la policía local. Según explicó ayer su concejala, Rosario Gómez de la Peña, ante la bajada de las temperaturas y tras comprobar que el Centro Hermano no tenía plazas libres, se decidió poner en marcha este recurso para ofrecer refugio a las personas que habitualmente pernoctan en la calle, entre 20 y 30, en función de la época del año, según los datos que maneja Cruz Roja.

La policía local será la que informe de la puesta en marcha de este alojamiento a los posibles usuarios. Servicios Sociales solicita a los ciudadanos que si conocen algún caso, se pongan en contacto con los agentes para que puedan trasladar a estas personas al albergue.

El IMSS correrá con los gastos del vigilante de seguridad que se ha contratado, Cáritas ha cedido la antigua sede de Proyecto Vida y Cruz Roja se encarga de proporcionar sábanas, mantas y útiles de aseo personal a las personas que lleguen al centro. Los voluntarios de esta oenegé, que son los que atenderán a las personas que lleguen al albergue, además se han ocupado de la limpieza del inmueble, en cuya planta baja se han habilitado una treintena de camas, que se reparten en habitaciones con tres literas. También hay aseos, con agua caliente, y se colocarán calefactores.

Según Víctor Domínguez, de Cruz Roja, durante su pernocta, a los usuarios se les ofrecerá bebida caliente y algo de comer. Además, se les informará de los recursos que tienen a su disposición en función de sus necesidades y se les derivará a los comedores sociales para que coman caliente.

La previsión era que la primera noche no se acercansen al centro más de «ocho o diez personas», pero en cualquier caso, si se superaran las 30 camas disponibles, se habilitarían más.

Pedro Herrera, director de Inclusión de Cáritas, recordó que desde hace años han planteado la idea de contar con un centro para este tipo de emergencias en la ciudad, aunque la «falta de recursos» ha impedido que se hiciera realidad. En este sentido, confió en que esta colaboración a tres bandas se mantenga en el tiempo y en el futuro sea posible disponer de este recurso «al menos durante el invierno».

Por su parte, Cruz Roja, a pesar de la puesta en marcha de este albergue provisional, mantendrá y reforzará su servicio de emergencia social, a través del que semanalmente mantiene contacto con las personas que duermen en la vía pública, a quienes proporciona mantas, sacos de dormir y alimentos. Durante la ola de frío continuará ofreciéndoselos a aquellos que no quieran alojarse en estas instalaciones.