Una de las líneas de trabajo del Centro Las Vegas del Guadiana es comprobar el estado del río, la contaminación del agua y las riberas y ver los análisis de presencia de familias de macroinvertebrados, según su director, Ramón Velasco.

Se hace una catalogación de tramos de aguas limpias o contaminadas y según la presencia de esas familias, se determina su calidad, pues "a veces desaparecen algunas especies por vertidos contaminantes".

Se trata de ver la causa y luego repoblar esos tramos. En el Guadiana, la contaminación es tanto estacional como continuada.

La estacional, y muy grave, procede de los vertidos peligrosos y prohibidos de las alcoholeras al caudal del río; y la de todo el año es la contaminación difusa que procede de los productos fitosanitarios y abonos que se utilizan en la agricultura, que van a parar al río y que se depositan en la cadena alimentaria y por tanto llegan al consumidor.

La forma de combatir la contaminación son las depuradoras en las fábricas y alcoholeras; y en la agricultura, respetar los niveles indicados de sustancias o partículas.

"En esto tiene mucho que decir el usuario, la concienciación de la gente", afirmó Velasco. Además, hay épocas, como el verano, en que las altas temperaturas y el menor caudal provocan anoxia, falta de oxígeno.