Periodista

No se puede hablar de esta feria de Badajoz como la mejor de los últimos años, pero tampoco se puede tildar de decepcionante un ciclo en el que once toreros han salido a hombros.

Es cierto que algunas de las orejas cortadas tuvieron más peso y justicia que otras, pero no lo es menos que algunos diestros se fueron de esta feria sin premio, después de buenas faenas, por culpa de las espadas. En el podium de destacados hay que situar a un Rivera Ordóñez, que para la mayoría pintaba poco en los carteles y que, a la postre, resultó ser una de las sorpresas agradables. Cuajó dos faenas admirables y demostró ser un torero en franca recuperación. Jesulín de Ubrique fue uno de los que sin cortar orejas, dejó huella en este San Juan. Su faena al quinto toro de la tarde del día 24, fue de esas que dan solvencia y credibilidad a un torero. Finito de Córdoba dio una de cal y otra de arena. Apático con su primero, el día 25, lavó su imagen con una labor pulcra en el otro. El Fandi resultó el más orejeado de los matadores de toros, aunque los apéndices que se llevó fueron fruto de su bullidora puesta en escena. César Jiménez dejó constancia en Badajoz de su buen momento y, para no cortar la racha, también aquí salió en volandas de los costaleros. Buenas formas se le vieron a Manzanares y pasaron sin pena ni gloria Joselito, Ponce y El Juli, de los que se espera más.

De la triunfal corrida de rejones hay que destacar una excelente faena de Moura al toro que abrió la plaza; mientras que de la novillada con picadores, además del triunfo rotundo de Javier Solís, es reseñable el magistral toreo de Miguel Angel Perera, que ha ganado muchos enteros, y la esperanzadora presentación del hijo del Capea. Del festejo sin picadores hay que valorar la entrega de los tres jóvenes alumnos de las escuelas de Badajoz, Algeciras y Alicante.

En el aspecto ganadero, el lunar fue la mala corrida de Zalduendo. Tampoco convenció la de Pedro y Verónica Gutiérrez, aunque saltó un buen toro, y dio satisfacción el juego de los toros de Píriz, ganadería que ha mostrado su mejor imagen. Los toros para rejones de Luis Terrón permitieron el lucimiento de los rejoneadores, sin ser una de las corridas boyantes a las que nos tiene acostumbrados.