Entre besos y abrazos, lágrimas y, algunas risas, vivieron ayer el primer encuentro los antiguos alumnos de los Hogares de Hernán Cortés, en lo que hoy día es residencia universitaria. Un reencuentro que muchos veían como el regreso a la infancia en un lugar que llegó a convertirse en el hogar que nunca pudieron tener.

El acto, al que asistieron 197 exalumnos, fue presidido por el vicepresidente de la Junta, Ignacio Sánchez Amor, el vicepresidente de la diputación, Gabriel Mayoral, el director de la residencia universitaria, Emilio Vázquez Guerrero, y el promotor de este acontecimiento, Diego Merín, quien recibió una placa por la iniciativa. Todos dedicaron palabras cargadas de emoción a quienes un día fueron niños y niñas de un hospicio, creado por la Iglesia, y que según Vázquez el número de ingresos fue superior a los 3.000 en la posguerra.

La mayoría de estos pequeños se vieron obligados a residir en este lugar bien porque eran huérfanos, o bien porque eran abandonados por sus familias, entre 1947 y 1988, una época que Vázquez definió como "tremendamente grave", y es por ello que "es de auténtica raza de dioses el ser capaces de volver a recuperar vuestros orígenes y donde se cifró vuestra personalidad".

El vicepresidente de la diputación afirmó que a pesar de ser "unos años difíciles y que cuesta recomponer, también fueron inolvidables". Muchos, como Francisco Javier Barbado Confite , recuerdan estos años con nostalgia, otros deciden no guardar rencor.

La idea de reunirse se forjó en la cabeza de Diego Merín, cuando intentaba localizar a su amigo de la niñez. Para ello, puso en marcha una página web, que funciona como un mecanismo de búsqueda para aquellos que intentan encontrar a quienes compartieron su infancia. El, lo logró y montó este feliz encuentro.