Pasaban las once de la mañana cuando la policía recibió una llamada de alarma porque se había producido un tiroteo en Cerro de Reyes, en Badajoz. La noticia corrió por la ciudad como la pólvora, pero más corrieron los autores de los disparos para esconder sus armas, las cuales no han aparecido aún. ¿La razón del tiroreo? Una vieja disputa entre dos familias. Esta vez se saldó sin heridos.

Dos hombres de una misma familia persiguieron a otro de la familia rival por la calle La Cigüeña. Le dispararon y las postas impactaron en el portal del número 23. En ese momento una niña barría el portal y al escuchar los tiros se metió en la casa donde viven con sus tíos, uno de los cuales es el agredido. La niña resultó ilesa "de forma milagrosa", según contaron las vecinas.

La policía acudió, con varios vehículos, al lugar de los hechos, donde los presentes, a pesar de los tiros, no habían visto ni oído nada. Solo unas mujeres mayores se atrevieron a romper el sonoro silencio.

Poco después, la policía trasladaba a comisaría, por un lado, al agredido y a un familiar y, por otro, a dos hombres a quienes le acusa de ser los agresores. Mientras, la Brigada Judicial buscaba pruebas, situaba los impactos y hallaba huellas en el portal de la casa y en una cochera cercana. Al final de la mañana, la policía confirmaba que los dos supuestos agresores estaban detenidos.

DETENCIONES Se trata de R. J. S., de 33 años, y de L. S. J., de 20, que son hermanastros, según pudo saber este diario. La policía les acusa de un presunto delito de homicidio en grado de tentativa y hoy se espera que pasen a disposición judicial. Según la policía los impactos eran de postas y procedentes de escopetas, aún en paradero desconocido.

Tras tomar declaración a los implicados, se constató que se trata de una disputa entre dos familias que mantienen desavenencias desde hace tiempo. Basilisa, una mujer que vive enfrente del número 23, contó cómo salió a la calle al escuchar "cuatro disparos" --otras vecinas contaron tres-- y que "la sobrinita de la pareja, que estaba barriendo el portal, se metió corriendo en la casa; no le dieron de milagro".

TESTIMONIOS Otros vecinos, Juana y Luis, también personas mayores, contaron una versión muy parecida. Además, explicaron que "ya había mal ambiente desde hace días; se pelearon. La de aquí es una familia normal y son buenos vecinos". Les llamaban Fefi y Juan Pablo y "no se meten con nadie".

Basilisa añadió que los agresores, "si son los que creemos, sí son conocidos, pero no los hemos visto porque en la calle estaban solo ellos, el hombre que se metió en su casa y la niña barriendo".

Otros vecinos de la calle La Golondrina, a las traseras de La Cigüeña, contaban otra versión y culpaban a la otra familia de haberse "metido" con la de los que después fueron detenidos. "Incluso fueron a meterse con uno de ellos donde trabaja un hermano esta mañana", dijo un hombre que al parecer tiene relación con ellos. También explicó que hace dos días golpearon a uno de los hermanastros y les rompieron los cristales de la casa.

DOS ESCOPETAS Otras fuentes relacionaban con este suceso un altercado que se produjo antes de los disparos en el Camino Viejo de San Vicente entre un hombre y el conductor de un camión, pero ninguna fuente oficial confirmó esa posibilidad.

Según los vecinos, los hombres llevaban dos escopetas, una de ellas recortada, pero la policía no confirmó ni negó este punto, pues aún buscaban las armas. Y, dijeron, se produjo un primer enfrentamiento "donde el hombre tiene la cochera; él se vino a su casa y los otros fueron a por las escopetas y dispararon".

Los agentes que se encontraban en la trasera de La Cigüeña identificaron e interrogaron a tres hombres que llegaron a la calle La Golondrina en un Mercedes, y miraron en el maletero del coche. Poco después los jóvenes se marcharon en el mismo vehículo.