Lleva 19 años vendiendo libros en una de las librerías más conocidas de la ciudad. Primero fue la Diocesana, ahora se llama Padre Rafael, y está especializada en libros y artículos religiosos y en libros escolares.

--Esta es la temporada de más trabajo, ¿qué tal lo llevan?

--Es una época que salva mucho a la librería, aprovechamos el tirón de la venta de libros de texto, porque luego hay meses en los que se vende poco.

--En tantos años habrá visto cambiar los libros de texto, ¿cómo son ahora?

--Son más atractivos. Los editoriales han cambiado la forma de exponer los temas, tienen comentarios más resumidos, con más fotografías.., con lo cuál los chicos lo tienen más fácil, ahora es más fácil trabajar con el libro de texto. También ha cambiado la forma de comprar, antes compraban en lotes, ahora no.

--¿Sigue vendiendo el Cuardernillo Rubio?

--Sí, sí, es curioso, pero es uno de los que más se utilizan, tanto de repaso en verano, como material complementario de caligrafía y ortografía. Es un refuerzo muy bueno, los profesores lo recomiendan mucho y los padres se sorprenden cuando vienen a comprarlo y ven que era el que ellos utilizaron.

--¿Escucha muchos lamentos de los padres por el dinero que se gastan al inicio del curso?

--Sí, lo que pasa es que tienen que ser conscientes de que es algo muy importante para la formación de sus hijos. Lógicamente es un gasto, pero tienen que transmitir el valor de los libros a sus hijos, pero muchas veces no se les da el valor que tienen.