El presidente de la Junta acaba de hacer un anuncio que debe concretar mejor antes que después, para evitar malos entendidos: un aeropuerto internacional en Cáceres y una escuela de pilotos en la base de Talavera. El presidente de Caja Extremadura respondió a preguntas sobre el proyecto --es la que inició el estudio referido a Cáceres--, que el nuevo aeropuerto supondría cerrar el de Badajoz. Nada que oponer a la creación de una instalación aeroportuaria en el norte y todo que oponer al cierre de la de Badajoz, pionera como instalación civil e histórica como militar y núcleo de la formación de pilotos privados y deportivos. Los autores del estudio, o el presidente de la Junta, deberían explicar con claridad esos términos para no marear la perdiz con dimes y diretes, y cuidarse muy mucho de anunciar de soslayo y a traición el cierre del aeropuerto, precisamente cuando se estudia hacer una terminal de carga junto a Caya para la plataforma logística. Y en cuanto a la escuela de pilotos europea, debe especificar si tiene relación con la escuela de pilotos de la Otan de la que Badajoz-Talavera están pendientes desde que se supo que las condiciones de la base son realmente excepcionales.