Inesperadamente y a pesar de las largas reuniones que los grupos municipales han mantenido esta semana para terminar de ver y negociar las innumerables alegaciones a la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), finalmente, ayer el alcalde Miguel Celdrán, decidió posponer la aprobación provisional prevista en el pleno ordinario, a petición del portavoz socialista, José Ramón Suárez, quien al inicio de la sesión, y para sorpresa del equipo de gobierno, reprochó que no habían tenido tiempo de revisar toda la documentación, que les había llegado a última hora.

Aunque la concejala de Urbanismo Cristina Herrera se mantuvo en su sitio y se negó a retirar este punto del orden del día, fue el alcalde quien, corrigiendo a su concejala, interrumpió la sesión y, después de reunirse con los portavoces, decidió posponerlo. Posiblemente se debatirá en un pleno extraordinario a celebrar el próximo viernes.

CONSENSO El alcalde manifestó luego que tomó esta decisión porque este plan puede ser el del "consenso" y no quiere que nadie pueda pensar que el PP tiene un interés especial en acelerar el proceso, sino hacerlo "con luz y taquígrafo", a sabiendas de que tienen mayoría suficiente. Pero Suárez avanzó que su grupo no está de acuerdo con el PGOU, "porque no se ha modificado sustancialmente, la especulación no ha cambiado".

Lo cierto es que ayer por la mañana se seguían negociando, antes del pleno, algunas alegaciones, entre ellas la referida a las construcciones en los corrales de viviendas de los poblados, sobre la que el PP y PSOE llegaron a un acuerdo, según el cual, se permitirá la edificación y la segregación determinando las manzanas donde puede hacerse, en función de las dimensiones y los valores urbanísticos.

Pero el concejal de IU, Manuel Sosa, consideró absurdo retrasar la votación porque también su grupo se opondrá al plan y cree que bajo esta decisión subyace el intento de consensuar el asunto de los poblados, pues IU no admite la segregación.