El ascensor de la calle Felipe Checa ya funciona. Lo hace seis años después de proyectarse, salvar problemas técnicos y perder una subvención de Europa por construirse fuera de plazo. La decisión de colocar este ascensor, cuya obra se inició en noviembre, se tomó a instancias de la Asociación para la Atención e Integración Social de las Personas con Discapacidad Física (Apamex) en el año 2002, que lo solicitó para que el acceso a esta calle desde la avenida Juan Carlos I fuera accesible para las personas con discapacidad.

No obstante, el ascensor no será de uso exclusivo para personas con minusvalía, sino que lo podrá utilizar cualquier ciudadano de siete de la mañana a diez de la noche. De hecho, trabajadores y vecinos de la zona mostraron ayer su satisfacción por la culminación de la obra que proporciona un acceso alternativo a las escaleras y que facilitará el paso, especialmente, a las personas mayores y a quienes llevan carritos de bebés o algún tipo de carga.

"Hay clientes que no podían acceder a nuestro despacho, ni siquiera por la calle Francisco Pizarro porque las aceras son muy estrechas", comentaron tras probar el ascensor Diego Crespo y Alicia Correa, que tienen su oficina en la calle Hernán Cortés. Muchos vecinos todavía no se habían percatado ayer de que el ascensor ya había entrado en funcionamiento y subían cargados con bolsas de la compra las escaleras.

También se mostraban satisfechas con la instalación María Angeles Ortés y Mari Nieves Casquero, de La Trastienda, en la calle Felipe Checa. "Hasta ahora las personas que venían con una sillita de niño o los mayores tenían que dar un rodeo enorme", apuntaron.

"Ahora lo importante es que dure", añadió María Angeles Ortés en referencia a posibles ataques vandálicos. La cabina del ascensor, de cuya instalación se ha encargado la empresa Thyssen Group Elevadores, es de material y cristales antivandálicos.

El proyecto ha supuesto una inversión de 127.700 euros, 55.000 aportados por la diputación y el resto, por el ayuntamiento, que también se encargará de su mantenimiento. La institución provincial ha tenido que autorizar una servidumbre de vistas para que se pueda instalar el aparato delante de las algunas ventanas del inmueble.