A la vuelta de las vacaciones, el concejal de Medio Ambiente, Antonio Ávila, se ha encontrado con algunas polémicas abiertas. Es el caso de los seis olmos de la mediana de la avenida Carolina Coronado, que el ayuntamiento pretende trasplantar para sembrar 5.500 rosales, una actuación contra la que se manifestaron 500 ciudadanos. Sin embargo, Ávila sigue defendiendo este proyecto, que está avalado por los técnicos y asegura que «en principio» no se va a modificar.

En cuanto a la protestas, el concejal apunta que, por contra, a él también le llegan las opiniones de ciudadanos que incluso piden que se corten estos árboles. Pero no van a desaparecer, sino que se van trasplantar, una operación que según Ávila es habitual y asegura que los árboles podrán lucir en otro lugar de la ciudad, como ha ocurrido con unas palmeras de la avenida de Colón, que entorpecían la visibilidad del tráfico y se van a reubicar en una rotonda. Entre los que apoyan el proyecto de quitar los olmos de la avenida está la Asociación de Vecinos de San Fernando y Santa Isabel, recuerda Ávila, tal como publicó este diario. Respecto al daño que puedan estar causando estos árboles a la tubería, incide en que él no es el responsable del servicio de agua, pero aduce que las raíces pueden afectar a las conducciones. Y a los que defienden que son compatibles con los rosales, el concejal les contesta que «que no guardarían la estética». En todo caso, Ávila remata diciendo que gobernar es tomar decisiones y asume que puede equivocarse, pero no entiende la alarma que se ha podido generar, pues en todas las ciudades se trasplantan árboles.

GLIFOSATO /Por otro lado, el PSOE criticó que el ayuntamiento vuelva a adquirir glifosato a pesar de que el pleno acordó dejar de usarlo como herbicida. Según el concejal de Medio Ambiente, los 300 litros que se va a adquirir no tiene tallowamina, un coadyuvante que permite estabilizar el glifosato y que penetre en el tejido de la planta y puede suponer un riesgo para los humanos. Ávila apunta que aunque la ONU alerta de que el glifosato «puede ser» cancerígeno, sigue siendo legal y además los jardineros que lo utilizan van protegidos.