Le pido a la Junta que si no hace su trabajo, lo haga, porque al final nos vamos a quedar sin palmeras en Badajoz». De esta forma reclamaba ayer el concejal de Medio Ambiente, Antonio Ávila, a la Consejería de Agricultura que actúe para frenar la presencia del picudo rojo, que, según alertó, está poniendo en riesgo el palmeral de Badajoz.

Ávila defendió ayer que el ayuntamiento está haciendo sus deberes para tratar de frenar los efectos de este coleóptero que, según recordó, fue detectado por primera vez en la ciudad en el 2014, en concreto en una palmera de la avenida de Elvas. Desde entonces, hay una brigada compuesta por dos operarios del servicio de Parques y Jardines que se dedica a controlar los árboles y tratar aquellos en los que se detecta el picudo rojo.

El concejal señaló que si hasta hace poco el Guadiana había servido de barrera natural y solo se habían localizado palmeras afectadas en la margen derecha, la situación ha cambiado y ya afecta también a los ejemplares de la margen izquierda. Ante esta situación, Ávila señaló que hace «ocho o nueve días» llamó al director general de Medio Ambiente para preguntarle qué se estaba haciendo al respecto, pero lamentó que hasta ayer no le hubiera respondido, lo que le ha llevado a denunciar públicamente la situación, sin descartar tomar alguna medida más, aunque no la concretó.

Según dijo, el ayuntamiento realiza controles semanales a las palmeras y realiza diferentes tratamientos para tratar de erradicar la presencia del picudo rojo utilizando diferentes productos, ente ellos un hongo que los elimina de manera biológica (se ha hecho un muestreo con un centenar de palmeras para comprobar su resultado).

El concejal de Medio Ambiente cifró el número de palmeras de la ciudad en 3.000, de las que, según dijo, un tercio son del ayuntamiento. Según los datos que facilitó, en el 2014 había 4 palmeras afectadas y no se pudo salvar ninguna. En el 2015, fueron 15 las infectadas, de las que se pudieron recuperar diez. El año pasado se detectaron 13 enfermas, de las que no se pudieron recuperar 5 y dos siguen pendientes del tratamiento, y en lo que va de 2017, se han localizado otras 7. Ávila señaló que se han invertido más de 30.000 euros para luchar contra el picudo rojo hasta la fecha y señaló que, aunque puntualmente, se ha actuado en algunas palmeras propiedad de la Junta, como las que hay junto al Museo Arqueológico, eso solo debe ser una excepción, puesto que si el ayuntamiento se tuviera que hacer cargo de todas el gasto se dispararía.

Por ello, instó a la Consejería de Agricultura a que cumpla con sus competencias de control, inspección y erradicación de plagas y actúe contra el picudo en las que son de su propiedad e inste a los particulares a que hagan lo propio para evitar que su presencia se siga propagando.

A las declaraciones de Ávila replicó poco después la Consejería de Agricultura, que aseguró que el servicio de Sanidad Vegetal lleva «varios años» trabajando en el control de la plaga de picudo rojo, informando a los ayuntamientos y particulares e inspeccionando las palmeras de la región donde se detecta la enfermedad. Como resultado de esta labor, según informó, el pasado 8 de febrero se remitió al Ayuntamiento de Badajoz el inventario realizado en las 6.500 palmeras del casco urbano y sus inmediaciones ---cifra que multiplica la ofrecida por Ávila--, con la situación de todas ellas y con los datos georreferenciados «con el fin de que le sea más fácil cumplir con sus obligaciones».

Según la información facilitada por la Junta, en Badajoz se han levantado 56 actas de inspección en los casos positivos a la enfermedad, donde se han detectado 103 palmeras afectadas. 66 de ellas ya se han destruido, otras cuatro están en proceso de recuperación tras aplicarles un tratamiento y el resto se están siguiendo por parte del servicio o instando a sus propietarios a que las traten o eliminen.

Sobre el instituto Castelar, cuya directora, según Ávila, había pedido al ayuntamiento que se ocupase de las palmeras afectadas, Agricultura señaló que el 22 de noviembre del pasado año realizó una inspección, en la que se hallaron 12 palmeras, dos afectadas que fueron destruidas y las 10 restantes, en estos momentos, no presentan síntomas de plaga.

La Junta reconoció que cuando estos árboles se encuentran en domicilios particulares, muchas veces resulta difícil el acceso si los propietarios no colaboran, por lo que también se trabaja en campañas de concienciación a través del reparto de folletos.

Sobre las palmeras en edificios de la Junta «se trabaja en la misma dirección que se solicita a los particulares», aseguraron fuentes de la consejería.

La Junta insistió en que desde hace años se trabaja de manera «incesante» para poder frenar la plaga del picudo rojo y que la Junta actúa «responsablemente desde los despechos y en las propias zonas afectadas y no desde los medios de comunicación como otros responsables políticos», en referencia a las declaraciones del concejal pacense.