Tras 17 años de tiras y aflojas dentro y fuera de los juzgados, reproches y cruces de acusaciones públicos por el archiconocido Cubo de la antigua Facultad de Bibliotecomía y Documentación, el ayuntamiento y la Asociación Amigos de Badajoz han querido hacer borrón y cuenta nueva con el propósito de colaborar en beneficio de la ciudad en el futuro. El alcalde, Francisco Javier Fragoso, y el nuevo presidente del colectivo, Manuel Márquez, escenificaron ayer esta reconciliación y expresaron su deseo de retomar una relación «fluida».

Lo hicieron tras una reunión que sirvió para presentar de manera oficial a la nueva junta directiva de la asociación, compuesta por 11 miembros y elegida recientemente. Amigos de Badajoz no tenía presidente desde la renuncia de Antonio Manzano en el año 2013, aunque ha continuado con su actividad.

Fragoso reconoció que las relaciones entre Amigos de Badajoz y el ayuntamiento han estado condicionadas en los últimos años por el enfrentamiento por el Cubo y que, aunque la colaboración ha continuado en actividades como el ciclo de conferencias de Almossassa o la presencia de miembros de asociación en la Comisión de Urbanismo, desde el punto de vista institucional había «un conflicto abierto en el ámbito judicial». En el año 2000, Amigos de Badajoz llevó a los tribunales el Cubo. El litigio terminó con el derribo de sus plantas superiores el verano pasado, 16 años después.

No obstante, el alcalde valoró que en la «génesis y espíritu» de la asociación está el interés por «ayudar a la ciudad», por lo que se comprometió a intensificar el contacto con el colectivo y a escuchar sus sensibilidades, reivindicaciones y propuestas. «Habrá momentos en los que no opinemos igual, pero no se debe hacer de la confrontación el modus vivendi de nadie, sino que debe ser la colaboración en pro de la ciudad, incluso desde posiciones que estén alejadas, que no las tenemos a día de hoy», dijo.

Márquez, por su parte, mostró el deseo del colectivo de «pasar página» y reactivar esa colaboración «estrecha» que ambas partes mantuvieron hace años tras pasar por «momentos críticos», en los que no quiso profundizar. El presidente de Amigos de Badajoz subrayó que el colectivo no se mueve por ningún interés «bastardo» y que en su ánimo solo está ayudar a «mejorar en lo posible» la ciudad dentro de sus ámbitos de actuación: el patrimonio y la cultura.

En esta primera reunión, una de las cuestiones que Amigos de Badajoz planteó a Fragoso fue la recuperación del puente de la Cantillana sobre el río Gévora, construido por el arquitecto portugués Gaspar Méndez en el siglo XVI. El puente se encuentra en mal estado, pues como explicó el alcalde, esta infraestructura fue un punto «geoestratégico» en las sucesivas guerras que ha vivido la ciudad, por lo que se convirtió en flanco de ataques en todas las contiendas bélicas. Fragoso señaló que el primer paso para tratar de recuperarlo será aclarar su titularidad, pues en estos momentos se desconoce si es propiedad municipal, de la Junta o de la Confederación Hidrográfica del Guadiana. Una vez se determine, y teniendo en cuenta que por allí pasan la cañada de Sancha Brava y vías pecuarias, se estudiará a qué tipos de recursos se puede optar para su restauración.

Asimismo, Amigos de Badajoz mostró su preocupación por el estado de los retablos del convento de las Adoratrices, en la plaza de San José. «Tendremos que buscar soluciones», dijo al alcalde al respecto, bien sea a través del 1,5% Cultural o fondos europeos.