El concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Badajoz, Celestino Rodolfo, ha declarado a este diario que pretende ponerse en contacto con los responsables de patrimonio de la Junta de Extremadura para constatar si la ermita de San Roque, cuyas ruinas perviven en una rotonda de la Ronda Norte, realmente tiene valor histórico y, si es así, eliminar las construcciones adosadas, sanearla y rehabilitarla. En caso contrario, se derribaría. El concejal señala que habría que determinar a quién corresponde costear las obras de restauración.

Cuando en el año 2000 el ayuntamiento acometió la obra de la avenida de la Ronda Norte, la Asociación Amigos de Badajoz consiguió que se conservara en pie la ermita de San Roque, que quedaba en medio del trazado de la avenida. Transcurridos siete años de aquella decisión, no se ha acometido ninguna obra de rehabilitación y el paso deL tiempo está deteriorando lo que ya eran unas ruinas. Desde la asociación reclaman que se limpie y se restaure por dentro y se ponga en valor por fuera, pues es el edificio más antiguo de la barriada de San Roque "y para eso se salvó", Según el presidente de este colectivo, Antonio Manzano, quien añade que lo que no se puede hacer es "salvar un edificio y después dejarlo abandonado para que se caiga solo, que es lo que se ha hecho".

En Amigos de Badajoz entienden que habrá que eliminar "los elementos postizos" que aún perviven para recuperar la imagen de ermita y rehabilitarla por dentro, "que tampoco es muy difícil porque es un edificio muy pequeño". El presidente explica que la construcción conserva una sala con una cúpula sobre pechinas,"muy sencilla pero muy bonita", que apareció cuando se levantó el falso techo de escayola. A los lados hay algunas hornacinas. Como el edificio fue utilizado como vivienda se ha transformado exteriormente. En el exterior, debido a su situación defensiva, tenía una tapia con aspilleras, que sí se derribó durante las obras de la avenida.

Manzano recuerda que cuando estaban haciendo la Ronda Norte la asociación recibió un aviso del párroco de San Roque de que las máquinas estaban a 50 metros de la ermita, que iba a ser derribada al día siguiente. La asociación se presentó allí, convocó a la prensa para evitarlo y lo consiguió. Manzano descarta que se tenga que derribar aunque esté en ruinas, pues conserva el interés original, ya que por dentro está entera "y es perfectamente recuperable". Además, entiende que los propios vecinos de San Roque deberían reivindicarlo "como su edificio más antiguo, que es el de su patrón".