La fachada de la iglesia de Santo Domingo que da a la calle Gómez de Solís ha tenido que ser apuntalada fuertemente con una gruesa base de hormigón y puntales metálicos por el riesgo que representaba. Necesariamente, la colocación de esta estructura obliga a que la calle siga cortada al tráfico. Además, el templo permanece cerrado desde hace una semana y, según dijo ayer el concejal de Urbanismo, Celestino Rodolfo, se clausuró por parte del servicio de Control y Disciplina Urbanística y el ayuntamiento no concederá autorización para la utilización parcial del edificio hasta que los arquitectos responsables de la obra no presenten una opción alternativa de uso con seguridad garantizada.

Según informó el arquitecto técnico de la obra, Angel Crespo, fueron ellos los que se dirigieron al ayuntamiento porque una bóveda se había partido y representaba un riesgo para la seguridad de la calle.

PELIGROSO El concejal señaló que a raíz de la inspección de los técnicos de Urbanismo se comprobó que el estado que presentaba esta fachada era "muy peligroso" pues el muro de la calle Gómez de Solís estaba agrietado, las bóvedas que lo sujetan se encontraban partidas e incluso se apreciaba un "abombamiento" de esta fachada. "Y a la vista de aquello se procedió inmediatamente a clausurar la iglesia", señaló Celestino Rodolfo.

Ahora que ya está apuntalado, el arquitecto técnico considera que no hay peligro para entrar en la iglesia, pues las estancias afectadas están separadas del espacio de culto. En su opinión, no hay ningún problema para que la iglesia se pueda reabrir ya. Según Crespo, la situación de este muro no tiene nada que ver con la grieta abierta a principios de año en la fachada principal, que ya se reparó y estaba previsto arreglar la fachada de Gómez de Solís. Ahora habrá que derribar la bóveda, que está totalmente dañada, y arreglarla, junto a la fachada agrietada. Según el arquitecto, puede hacerse en el plazo de un mes.