Escombreras incontroladas en las dos márgenes del río Guadiana, junto a la antigua gravera de Las Moreras, en el Camino Viejo de San Vicente, en la carretera de La Granadilla, junto a las casas de la riada, en solares vacíos del casco antiguo, entre el río y la carretera de Circunvalación. El vertido indiscriminado de ripios procedentes de obras de construcción, derribos y excavaciones es un problema que sigue sin resolverse y al que el Ayuntamiento de Badajoz quiere poner coto, con la Ordenanza Municipal Reguladora del Control de Residuos. La ordenanza se aprobó hace meses pero no se puede llevar a la práctica hasta que no se ponga en marcha la planta de reutilización de escombros, cuyo pliego de condiciones ya se está elaborando.

Según ha informado a este diario el concejal de Infraestructuras, Alejandro Ramírez del Molino, en estos momentos los técnicos del Ayuntamiento de Badajoz están redactando el pliego de condiciones para la concesión de la construcción y explotación de la planta de reciclaje de material inerte. A esta planta iría todo el material desechable de las obras de construcción de la ciudad, que se transformará en producto reutilizable. En principio, se ubicará en el mismo lugar donde ahora se encuentra el vertedero de ripios autorizado, junto a las Cuestas de Orinaza. En un primer paso, estas instalaciones podrían reutilizar los ripios que ya hay allí acumulados para reciclarlos.

En cuanto a su funcionamiento, existirán dos posibilidades de recogida. Por un lado, las constructoras podrán llevar el material directamente allí, pagando el canon correspondiente, que irá contemplado en el pliego de condiciones. Pero además, el concejal anunció que posiblemente también se incluya que la concesionaria ponga en marcha un servicio de recogida de "pequeños" restos de ripios, para lo cual se facilitarán unos sacos. Incluso, también se está pensando en establecer diversos puntos de recogida en la ciudad (dos o tres) en los que hubiese un espacio destinado a que la gente lleve los sacos de ripios. El concejal destaca que se trataría de un lugar "lo suficientemente camuflado" para que desde fuera no se vean los escombros, que serían retirados periódicamente.

ZAHORRA El material que llegue a la planta se reutiliza como una zahorra, fundamentalmente para obras civiles, como pueden ser los acerados y en función de la exigencia de construcción en algunas vías.

Ramírez del Molino no negó la existencia de vertederos incontrolados de escombros en la ciudad en la actualidad. Para que desaparezcan hay que denunciar los vertidos. El ayuntamiento realiza periódicamente la limpieza de los lugares donde se detectan, y se trasladan a la escombrera de Cuestas de Orinaza. El concejal confía en que cuando se den más facilidades a los promotores de obras en la ciudad, habrá menos vertidos, no sólo por parte de los constructores sino por parte de aquellos que realizan chapuzas en casa.