Los museos de la ciudad, además de reforzar su actividad habitual, podrían programar alguna especial de gran trascendencia, sobre Luis de Morales o Zurbarán, y alguna otra de arte moderno ibérico o latinoamericano. Se podría completar con varios congresos internacionales sobre humanistas extremeños, sobre las tres culturas: cristiana, judía y árabe, el papel de Extremadura en América, extremeños en el constitucionalismo español, Manuel Godoy, etc. Temas trascendentes no faltarán. En la etapa veraniega puede realizarse una programación singular de música y teatro en los escenarios inigualables de la plaza Alta, la alcazaba, el río Guadiana, la terraza del López de Ayala, el auditorio, la plaza de toros, etc.

Y la pregunta del millón parece obligada: todo esto está muy bien, pero ¿quién lo paga? Sin duda cada actuación e infraestructura debe tener su vía de financiación, en muchos casos en presupuestos corrientes, pero sobre todo hace falta una buena gestión y voluntad y capacidad de involucrar a muchos en el proyecto global: el Gobierno central, el autonómico y el local, las empresas, especialmente las cajas de ahorro y otras instituciones financieras y prestadoras de servicios públicos, los fondos del nuevo impuesto a la banca, fondos europeos antes de que disminuyan, iniciativa privada o fundaciones. Pero si así y todo la institución más débil financieramente, que es el ayuntamiento, tiene dudas de sus posibilidades, no sería difícil llegar a un acuerdo dentro de este marco para destinar a este gran proyecto el dinero que obtenga de las recalificaciones del antiguo ferial.

Así al ayuntamiento le resultaría más fácil conseguir aportaciones similares de otras instituciones, lo que permitiría disponer de unos fondos superiores a los 200 millones de euros, sin que le costase a la administración local de sus presupuestos ordinarios y, sin duda, estas actuaciones podrían reportarle muchos nuevos ingresos y gran riqueza para la ciudad.