Hace años se planteó que el 2010 tuviese una especial declaración de Badajoz para que nos sirviese como reto urbano, con ocasión de la llegada del AVE. Después se propuso que fuese en el año 2016 y posteriormente en el 2018. Y aquí seguimos sin tren y con muchas obras anunciadas pendientes de ejecución. A estas alturas hemos perdido la inocencia y la confianza, pero no debemos resignarnos. Ya no vamos a recuperar la inocencia, pero tenemos derecho a recuperar la confianza. Una sociedad no puede vivir sin confianza, sin expectativas y sin ilusiones. Nuestra visión del presente está condicionada por nuestra visión del futuro. Badajoz tiene mimbres para que podamos recuperar la confianza en el futuro siempre que existan evidencias de que hay voluntad de que las cosas ocurran en los tiempos estimados y que poco a poco se cumplan los hitos esperados. Por fin se ha abierto el Parking de Conquistadores, cosa que parecía que nunca iba a ocurrir. Por fin han empezado las obras de la Plataforma Logística, cosa que parecía que nunca llegaría y ya se ve el fin de las obras de la margen izquierda del Guadiana, cosa que celebraremos cuando lo veamos. Parece que algunos de los grandes proyectos de la ciudad empiezan a ser creíbles, pero la ciudad no ha recuperado el impulso y la confianza que teníamos hace una década. En pocos años, en muy pocos, Badajoz puede dar otro nuevo salto. Pero hay que visualizarlo, crear las condiciones para que las cosas ocurran y lograr que nos lo creamos. En el año 2020 asegura el Gobierno de Portugal que estará terminada la conexión ferroviaria entre Lisboa y Caya, y confirma el español que estará electrificado el tramo entre Badajoz y Plasencia y que se podrá ir a Madrid en 3 horas y 25 minutos en un Tren de Altas Prestaciones. Badajoz empieza a acercarse al mundo. Pero tenemos que hacer todos los esfuerzos para forzar que ocurra y que tengamos la ciudad, o mejor dicho la eurociudad, preparada para tener mucho que ofrecer y sorprender. Son apenas dos años y medio, y el tiempo vuela. Quizá merezca la pena pensar entre todos que retos podríamos marcarnos para que la ciudad en 2020 estuviese preparada para dar un gran salto. Pensemos en ello.