Badajoz no es un destino turístico consolidado, pero tratándose de una capital de servicios, fronteriza y centro de comunicaciones, recibe a lo largo del año a miles de visitantes que constituyen un recurso en sí mismos. Algunos profesionales del turismo ya están poniendo en marcha proyectos novedosos para aprovechar este potencial.

Badajoz tiene que vender su casco antiguo, su río y su cercanía a Portugal para poder atraer turismo. Esa es la opinión de Juan José Sánchez, de la Agencia Traventure, que aunque especializada en turismo rural y de aventura, está viendo que las posibilidades del sector son tantas que le llegan numerosas demandas e iniciativas a las que tiene que dar salida.

Consciente de que Badajoz no es en sí mismo un destino turístico, aunque también se organizan visitas por la ciudad, desde esta agencia se han trazado rutas temáticas para el visitante que llega al hotel y quiere hacer algo en las proximidades. Juan José Sánchez ha preparado un completo programa de actividades alternativas. Viajes Traventure ofrece la ruta del vino, que consiste en visitar bodegas en la zona de Almendralejo. Los visitantes van primero a la finca a ver la recogida de la uva, incluso hay quien se ha empeñado en pisarlas, luego el embotellado y, al final, la cata.

CON CERDOS También organiza la ruta del jamón hasta Jerez del Los Caballeros o Alburquerque, donde el visitante observa en el campo al cerdo, asiste al secado de los jamones y finaliza con la prueba del jamón. La ruta alentejana lleva por las ciudades lusas más cercanas, donde realiza visitas guiadas. En su novedosa oferta incluye asimismo cenas temáticas, que combinan una visita guiada por Mérida, en el caso de las romanas, y por Badajoz para la opción musulmana, que en ambos casos culminan con cenas ambientadas y recreadas en una escena de la época.

También Fernando Fuentes piensa que Badajoz tiene recursos turísticos suficientes para que los visitantes que pasan por la ciudad dediquen un tiempo a conocer su patrimonio y sus servicios, aunque hace falta primero que los propios pacenses se convenzan y la mantengan limpia y en el caso de que no lo hagan, que sean las administraciones las que tomen medidas. Fernando Fuentes es uno de los pocos guías oficiales de turismo que trabajan en Badajoz y que ahora acaba de poner en marcha una iniciativa para precisamente aprovechar este potencial que está convencido de que existe, aún sin explotar.

DESDE MERIDA A través de la empresa Tera, que trabaja en Mérida, Fernando Fuentes está poniendo en marcha un servicio de guías turísticos, del que él es la cabeza visible en Badajoz. Se trata de ofrecer a grupos o visitantes individuales recorridos guiados a horas predeterminadas, fundamentalmente los fines de semana y que previamente sean concertadas para evitar que no se presente nadie.

Este servicio ya existe en ciudades como Cáceres, Trujillo y Jerez de los Caballeros (en esta población es municipal). Mediante octavillas y trípticos están haciendo publicidad en los hoteles. En sus visitas, este guía suele llevar por la muralla abaluartada, la plaza de España para ver la catedral, el casco antiguo, la alcazaba, Puerta Palma y, si es posible, un recorrido en autobús para conocer la parte nueva de la ciudad y sus puentes. Esta iniciativa ya se puso en marcha el mes pasado y se retomará a partir de la próxima semana.

"En Badajoz queda mucho trabajo por hacer, pero hay muchas posibilidades", recalca. Fernando Fuentes menciona todos los recursos patrimoniales, y sobre todo de servicios, así como la situación estratégica de la ciudad que permite que sirva de campamento base a visitantes que pueden desplazarse desde aquí a otras ciudades del entorno.

Por su parte Juan José Sánchez apunta como una potencialidad importante de Badajoz el que siendo una ciudad de servicios, la más importante de la región, bien comunicada y con gran cantidad de plazas hoteleras, se da la circunstancia de que en temporada alta los precios son más asequibles que en su entorno. De ahí que, por ejemplo, en Semana Santa la ocupación sea tan elevada, no porque la gente venga a ver las procesiones, sino porque es un lugar céntrico con precios muy competitivos.