Lla Fundación Banco de Alimentos de Badajoz repartió el año pasado 739.900 kilos de comida entre distintas instituciones benéficas de la ciudad, una cifra nada desdeñable si se tiene en cuenta que todos estos alimentos proceden de donaciones de fábricas de la provincia.

La presidenta de la fundación, Carmen de Aguirre, explicó que la comida que se recibe tiene su origen en excedentes de fabricantes, algunas veces de fuera de la provincia. La fundación va a recoger allí donde se produce un aviso de que existe un partida de alimentos y se trasladan al almacén existente en el polígono industrial El Nevero, desde donde se reparte a los centros que no están subvencionados al cien por cien, como pueden ser los dos comedores de la calle Martín Cansado y la plaza de San Agustín, en función del número de personas que son atendidas.

ROSCON DE REYES

Casi siempre son alimentos, aunque a veces se reciben productos de limpieza. El montante principal lo forman conservas, productos congelados, vegetales, frutas, legumbres, arroz y pastas. Suelen ser productos defectuosos en el etiquetado o envasado o con un periodo corto de caducidad que dificulta a los fabricantes poder venderlos. Cuando son productos perecederos, se reparten inmediatamente, es el caso de los 600 kilos de roscón de Reyes que la fundación recibió ayer de una panadería pacense.

Asimismo, la Fundación Banco de Alimentos recibió ayer una donación importante. La empresa Antonio Bravo, concesionaria de la marca Ford, le hizo ayer entrega de una furgoneta. Es la segunda que la fundación recibe, después de que Caja Badajoz le entregase otra el año pasado. Con esta donación esta institución soluciona en gran medida sus problemas de transporte.