Me parece un acierto la creciente participación de la comunidad islámica de Badajoz en Almossasa, sobre todo por su condición de ciudadanos. El hecho de que la ciudad de Batalyaws fuera fundada, en el siglo IX, por un musulmán sólo pone motivo histórico a una fiesta que nació laica. No es más de musulmanes que de cristianos o budistas. Otra cosa, que debe diferenciarse nítidamente, es la religión del fundador, Abd al-Rahman al-Yilliqi, y el intento de aprovechar esta circunstancia para provocar un acercamiento a la cultura islámica -árabe o no-. En realidad esta ciudad se fundó por motivos políticos e intereses de clase, no por causas religiosas. Fue el resultado de un pulso entre latifundistas de origen romano convertidos al islam, por el interés de mantener sus privilegios, y los emires de Qurtuba, quienes se estaban pasando por el arco del triunfo los pactos cerrados con los primeros conquistadores árabes. Con este pretexto resulta estupenda la integración de todos en la conmemoración de la Fundación. Y, también, que las actividades culturales equilibren el exceso de las hosteleras. Pero de ahí a reducir éstas últimas al mínimo va un trecho.

La postura del Ayuntamiento es sólo una maniobra -otra- para que no vuelvan a evidenciarse los problemas con las concesiones de casetas y pago de las tasas correspondientes. Como el año pasado. Me pareció necio, muy necio, mezclar el asunto de la carne de cerdo con la celebración y basarlo en una supuesta contextualización. Me parecen lógicas las protestas de quienes se consideran perjudicados. ¿Esperaban otra cosa? ¿Se pretendía provocar una reacción para dar una nueva vuelta de tuerca en lo que más parece un intento de acabar con la fiesta o de convertirla en algo banal, carente de contenido, mercadillo medieval incluido? Si Almossasa es algo, es una inversión pedagógica, una experiencia intercultural. No interreligiosa. Dejen la religión aparte. Eso forma parte de la esfera de lo privado. Ni cuaresmas obligatorias, ni abstención de cerdo porque sí. Aquí cada uno debe tomar lo que quiera. Y si les crean problemas las barras, no disimulen. Limítense a gobernar como civiles, no como imanes u obispos. De lo de la tolerancia ya hablaremos.