El presidente de la Agencia de la Vivienda, Javier Corominas, anunció ayer que el equipo que trabaja en la oficinas que esta entidad tiene en los Colorines, lejos de tener miedo o de arredrarse ante las amenazas y las agresiones, intensificará su labor en el barrio. Además, anunció la creación de la figura del portero para aquellos edificios donde se sabe que hay vecinos que venden drogas, o que generan enfrentamientos y problemas; y la del supervisor, que vigilará que las casas las ocupen los verdaderos titulares adjudicatarios. Y también velará por que no haya transacciones a espaldas de la Administración, ya sea de forma voluntaria o por presiones, o que las mismas se mantienen en buen estado de conservación y el cuidado de las zonas comunes.

Corominas, que visitó ayer el barrio, afirmó que el incendio provocado días pasados en la puerta de las oficinas de la Agencia de la Vivienda lo entiende como un aviso serio y una amenaza, pero que la respuesta será dar una vuelta de tuerca más para identificar y aislar a quienes quieren que el barrio siga en las condiciones actuales para poder mantener sus negocios de tráfico de drogas; además de erradicar a los más conflictivos.

Asimismo, señaló que continuará el proceso de realojo de quienes quieran salir del barrio, pero conforme halla viviendas disponibles. Y que la medida de ocupar los bloques que tiene la Guardia Civil en Suerte de Saavedra ya se le propuso al anterior delegado del Gobierno, que se negó, como también el propio cuerpo, y que es ahora, tras la intervención de la delegada del Gobierno, Carmen Pereira, que se estudiará la viabilidad de esa ocupación, al menos de las viviendas que estén vacías.

REALOJOS Hasta la fecha, recordó, han salido del barrio 51 personas, que otras 40 han ocupado esas casas vacías y que, manifestó a este diario, hay otras 50 familias dispuestas a ocupar esas casas en los Colorines. Igualmente, afirmó que en los barrios donde se han realojado los vecinos de las Cuestas de Orinaza ahora dicen que son personas buenas y que están plenamente integradas. "Eran gente con ansias de normalidad y de vivir como personas", dijo Corominas.

El presidente de la Agencia de la Vivienda fue muy crítico con la "dejadez del ayuntamiento", tanto en servicios como limpieza, jardines o mantenimiento, como de servicios sociales. Por eso, dijo que "no volveré a reunirme con el ayuntamiento hasta que no ver que cumple sus compromisos, porque estamos hartos de ver gente que habla muy bien en los despachos y que actúa muy mal en el barrio. No sé cuántas veces han dicho que en 48 horas retirarían todos los vehículos abandonados del barrio". El ayuntamiento, requerido para conocer su opinión al respecto, no respondió hasta el cierre de edición.

LOS TRABAJADORES Corominas, que reconoció expresamente la labor de los trabajadores de la Agencia en Colorines, dirigido por Paloma Castellanos, sentenció que seguirán haciendo su trabajo, si bien no pueden sustituir al ayuntamiento, "aunque haremos lo posible porque haya comercios, peluquerías, pero es que no suben ni las ambulancias ni el autobús, ni el butano", señaló, Y llegó a decir que "casi puedo entender que la gente se rebele cuando les están puteando".

Sobre la presencia policial en el barrio, dijo que "es una operación de cirugía, una vez que ha fallado la medicina preventiva, esperemos que esta situación sirva de revulsivo para que todos hagamos nuestra labor". Pero insistió en que "si la institución más importante de cualquier ciudad, como es el ayuntamiento, brilla por su ausencia como en este caso, perderemos la pelea".