La concejala de Cultura, Consuelo Rodríguez Píriz, parece haber encontrado una solución al problema surgido en la barriada del Cerro de Reyes por el cierre de la biblioteca municipal a raíz de la agresión que sufrió el bibliotecario el pasado mes de enero, la segunda después de que en septiembre fuera víctima de otro ataque por parte del mismo grupo de jóvenes que viven en el barrio y suelen merodear por las inmediaciones de la biblioteca.

Esto llevó a la concejala a ordenar el cierre indefinido y a buscar alternativas para reubicarla en otro espacio más "céntrico" y seguro de la barriada. Después de barajar varias opciones, Píriz solicitó a la parroquia de Jesús Obrero la cesión del antiguo templo, situado junto al colegio del mismo nombre, y ésta se lo ha concedido.

Por ello, se podrá trasladar de su emplazamiento actual a la calle Santa Luisa de Marillac una vez que el ayuntamiento acometa la reforma que necesita este local para acondicionarlo conforme a las exigencias de la normativa de bibliotecas públicas.

EN MANOS DEL ARZOBISPADO El párroco de Jesús Obrero, Manuel Malagón, explicó que ésta es una solución para mantener abierta la biblioteca y anunció que ahora será el arzobispado el que decidirá la fórmula que se empleará para hacer efectiva la cesión, puesto que el inmueble es propiedad de la Iglesia y el ayuntamiento "tiene que hacer una inversión importante en él".

Rodríguez Píriz declinó ayer pronunciarse sobre este asunto y remitió a una rueda de prensa que ha convocado para hoy para hablar del tema de la biblioteca.

La parroquia del Cerro de Reyes vio que era "compatible" la ubicación de la biblioteca en la antigua casa parroquial con las actividades que los Misioneros de la Esperanza desarrollan en este espacio con los niños de la barriada, según Malagón.

La concejala intentó, aunque sin éxito, que la asociación de vecinos trasladase sus actividades a la biblioteca y dejase libre la sede vecinal para reubicar en ella la biblioteca, pero los vecinos se negaron al considerar que con esto no se solucionaba el problema. También pidió hace unos días a la Policía Nacional que "haga su trabajo" y vigile la barriada, ya que a pesar de que el bibliotecario denunció al grupo de jóvenes que le agredieron no se han producido detenciones.

Esta biblioteca lleva varios años siendo objeto de continuos ataques vandálicos, las cerraduras tienen que ser cambiadas o arregladas con frecuencia, arrojan basura sobre su terraza, y su fachada está llena de pintadas y suciedad.