Haremos todo lo posible para que la problemática del Cubo no afecte a los estudiantes", manifestó el delegado de la Facultad de Biblioteconomía y Comunicación, Angel Pino, ratificando un comunicado de prensa del consejo de alumnos, en el que anuncia que no dudará en llamar a la movilización.

Esta voz de alerta se produce cuando falta un mes y medio para que comience el curso y el problema sobre la orden judicial del derribo de dos plantas del Cubo sigue pendiente de que se pronuncien la justicia y la Comisión de Patrimonio sobre el proyecto de demolición presentado el ayuntamiento. Y después de que el decano de la facultad asegurara a este diario en junio pasado que el curso comenzará con normalidad.

Angel Pino reafirma que "el problema sigue alargándose sin que las autoridades den una solución o alternativa. Nadie parece preocuparse por garantizar a los alumnos el derecho a recibir una educación de calidad. Por ello, el Consejo de Alumnos no dudará en movilizar a los estudiantes y usar todas las vías que estén en su mano para salvaguardar sus propios derechos".

Señala el consejo de alumnos que "nadie parece tener en cuenta a los estudiantes, los más afectados" y que "en su mayoría se oponen al derribo", que en todo caso, entiende, debería hacerse "en vacaciones para no afectar al normal desarrollo de las clases. También, denuncia que "ni el ayuntamiento ni la la universidad se han pronunciado sobre lo que sucederá con los alumnos".

Además, tampoco "han comunicado el plan en caso de derribo, con con una pérdida de espacio que dificultaría, por no decir imposibilitaría, la actividad académica al privar a los profesores de los despachos en los que realizan sus tareas fuera del aula, y en los que alumnos y docentes tienen su lugar de encuentro para tutorías y demás actividades".

Así mismo, añade: "Tampoco se pronuncian sobre que sucederá si se iniciaran las tareas de demolición en mitad del curso escolar".

Considera el consejo que han dado tiempo para que el ayuntamiento y la universidad buscaran una alternativa "y lo único que se ha dicho es que las clases comenzarán con normalidad", por lo que dice que "no podemos permitir que la Uex venda sus maravillas, sus programas de movilidad, cuando la realidad es que no es capaz o no se preocupa por proporcionar unas instalaciones adecuadas, como en el caso de Medicina y otros tantos que distan mucho de estar en condiciones".

Entiende el consejo que los alumnos han sido "más pacientes de lo que cabría esperar en una situación de tal incertidumbre". Por ello, "si este panorama continúa", no dudará "en movilizar a los estudiantes ni en acudir a otras medias para para asegurar que el curso se desarrolla con normalidad. Y ello pasa por no permitir unas obras de demolición al tiempo que se dan las clases entre escombros y ruidos de máquinas".

"Tampoco pasa por mover a los alumnos a otro edificio sin estar acondicionado a mitad de curso", dice y lo argumenta en que "la facultad está dotada de instalaciones y equipamientos tecnológicos, que podrían ser mejores, pero que son necesarios para la enseñanza de ciertas asignaturas, y cuyo traslado no sería sencillo ni puede hacerse a la ligera".

El consejo, por tanto, "rechazará firmemente a cualquier solución, si llega, que no asegure la normalidad indispensable". Pues lo que piden, dice, "no es lujo, es un requisito mínimo para el ejercicio del derecho a una educación de calidad".

Por otro lado, el órgano estudiantil recuerda la importancia que ha supuesto el emplazamiento de la facultad en la revitalización del centro histórico, "algo en lo que coinciden comerciantes y vecinos, un hecho que también debería tenerse en cuenta, ya que no sólo los alumnos se verían perjudicados si la facultad se trasladara a otra ubicación".