El ambiente que reinaba ayer en la Facultad de Biblioteconomía y Documentación y Comunicación Audiovisual era de incertidumbre ante la situación planteada por el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx), que ordena devolver al edificio del antiguo Hospital Militar su aspecto anterior a la construcción actual, lo que supone la demolición de parte del inmueble. El ayuntamiento tiene que presentar un proyecto en un mes. La comunidad universitaria expresó su "perplejidad" y "preocupación" por cómo se puedan desarrollar los hechos a partir de ahora.

El sentir expresado en el centro era de temor por si el cumplimiento de la orden judicial puede interrumpir las clases en pleno curso, o en última instancia, tener que trasladarse al campus. Todos esperan, aunque nadie sabe bien cómo, una solución que satisfaga a la ciudad y a la Universidad, acatando el fallo.

El decano de la facultad, Agustín Vivas, manifestó que la situación creada con el auto judicial es "de incertidumbre, naturalmente; estamos a la espera a ver si nos reúnen, como he podido leer en los periódicos, la Alcaldía de Badajoz o la Junta de Extremadura y damos una solución a este tema", pues la facultad está "afectada y estamos a la espera de ver qué solución se puede dar".

FUNCION SOCIAL Vivas afirmó que "nosotros estamos aquí de invitados y cumplimos una importante función social en este sitio". Y añadió que "el patrimonio no es solo algo que hay que proteger, sino que tiene que tener una función social y nosotros hemos hecho un esfuerzo importante para hacer aquí nuestras labores docentes e investigadoras, porque nos hubiese sido mucho más cómodo estar en el campus".

Visiblemente afectado, el decano dijo que "nos hemos venido aquí y estamos muy contentos con ello, y queremos seguir estando aquí; ahora bien, si una asociación que se denomina Amigos de Badajoz entiende que no cumplimos una función social y tenemos que irnos al campus, pues tendremos que irnos. Si nos tiran treinta y tantos despachos y un salón de actos, difícilmente podremos continuar aquí". La facultad tiene alrededor de 800 alumnos, unos 50 profesores y todos los despachos están en esa parte del edificio, y debajo el salón de actos.

Agustín Vivas, que aclara que "nosotros acatamos la sentencia", considera esta situación "un tanto irracional, no nos engañemos", además de producirle "una gran tristeza porque estas asociaciones tienen un concepto de la propiedad distinto al que yo tengo. Nosotros no somos propietarios del edificio, estamos aquí cumpliendo una función social y me parece que es perjudicial para todos que nosotros nos tengamos que ir al campus, pero no estamos cerrados. Esa es la situación. Hay una expresión, quizás poco afortunada, pero que se ajusta a este caso, y es que hay amores que matan", en referencia a la Asociación Amigos de Badajoz.

APUESTA POR SEGUIR El decano pide que "a la Universidad se le tenga en cuenta, se nos convoque a las reuniones y que esté en aquellas cosas en las que estamos implicados. Esto no es perjudicial solo para nosotros, sino para los ciudadanos de Badajoz. Yo sigo apostando por que estemos aquí en el centro de la ciudad, todo depende de lo que se nos diga".

El profesorado de la facultad está "preocupado" y aunque no ha habido reuniones aún entre ellos, el decano les ha remitido un correo electrónico, y a los alumnos, explicándoles la situación. El ambiente es de "incertidumbre", porque en caso de derribo, hay servicios y recursos que se deben dañar lo menos posible, y "en el caso último de que se tuviera que realizar el derribo, que afecte lo menos posible a las labores docentes y esperar hasta que nos hicieran un edificio nuevo en el campus".

Vivas reconoció estar “descontento,preocupado, intranquilopero no es responsabilidadnuestra. La Universidad apuestapor seguir aquí y estamosdispuestos a colaborar en loque nos requieran”.El profesor Felipe Zapico,desde uno de los despachos delcubo, se mostró “perplejo deque en un país con tantas infraccionesy aberraciones urbanísticasparezca que lo másimportante sea el cubo éste, quepor cierto, la prensa ha sacadounas perspectivas tendenciosasen sus portadas”. Él es vecinodel casco antiguo y “me parecemuy bien que esto se haya revitalizado,porque yo sí sé cómoestaba esto hace diez años ycómo está ahora”. Zapico afirmaque los fallos judiciales hayque acatarlos, pero confía quehaya una solución.

Justo Vila, director de la Bibliotecade Extremadura, instituciónque comparte el espaciocon la Facultad de Biblioteconomía,manifestó que a esaparte del edificio no le afectamucho la demolición, pero queen todo caso, la idea es que “lafacultad y la biblioteca vayande la mano”. También cree quehay que acatar la sentencia yque ahora lo importante es quelas instituciones alcancen unacuerdo con Amigos de Badajozy con la Universidad, aunquereconoció que “la situaciónes difícil”.

Vila admitió que si no se dauna solución a la facultad,“que ha hecho mucho por larevitalización del casco antiguo”,ésta tendría que irse alcampus y que ello “nos afectaríaa todos. “La bibliotecaguarda la memoria de Extremaduray debe estar aquí, perosi nos tuviéramos que ir todos,podría marcharse a Mérida o aCáceres”, afirmó.