El agua dio una tregua y los pacenses no tuvieron que degustar el Roscón de Reyes bajo el paraguas. Minutos antes de las once de la mañana comenzó el reparto de las 5.000 porciones de dulce y los 500 litros de chocolate preparados para la ocasión, aunque los más madrugadores esperaban en la cola desde casi una hora antes. La tradicional cita navideña ha reunido a menos público que otras ediciones, aunque a medida que avanzaba la mañana la afluencia se fue incrementando quizás animada porque la lluvia no hizo acto de presencia.

Maria del Carmen y sus dos hijas acudían por primera vez a la degustación de Roscón de Reyes. Trabaja en Mérida, pero este año ha decidido pedir un día de permiso para acercarse a San Francisco. No tuvieron suerte y en sus porciones no apareció ninguna tarjeta con regalo. No fue el caso de otros muchos, que se llevaron a casa, además del estomago lleno, algún obsequio. Paraguas, lotes de comics y libros, mochilas, camisetas, raquetas, relojes, películas, vajillas y así hasta un millar de regalos se repartieron ayer en el paseo de San Francisco. El premio gordo fue una tarjeta regalo por importe de 300 euros para canjear en el Corte Inglés, una de las empresas patrocinadoras.

El alcalde, Miguel Celdrán, acompañado por algunos concejales de su equipo de gobierno, tampoco falto a la cita. Aprovechó, como cada año, para pedir a los Reyes Magos su deseo para el 2010: trabajo para aquellos que han perdido su empleo y que el nuevo año sea "de verdad" el de la salida de la crisis.

Antes de la una de la tarde el chocolate se había agotado y apenas quedaban unas porciones de roscón por repartir. Y es que esta degustación navideña, que se celebra por séptimo año, es ya una cita obligada para muchos pacenses.