«Si esto llega a pasar de noche, nos quedamos aquí como pajaritos fritos». Esto es lo que decía ayer Manuel Moreno, uno de los cuatro inquilinos de la casa situada junto a la vivienda abandonada de la calle Bailén en la que ayer por la tarde se declaró un incendio. Eran cerca de las 16.00 horas cuando se percató del fuego y avisó al 112. Los bomberos acudieron al lugar y mientras trataban de sofocar las llamas en el tejado de la vivienda, parte de éste se vino abajo. Desconocían las causas que pudieron originar el fuego, pues no pudieron entrar al interior debido al riesgo de derrumbe, según explicó el jefe de guardia. Sí recomendaron a la policía local que se colocasen vallas para evitar que alguien resultase herido si se producían desprendimientos.

Moreno explicó que su vivienda se llenó de humo y que tuvieron que salir a toda prisa a la calle. Afortunadamente le dio tiempo a rescatar a su perro, que estaba en la planta superior «ya medio asfixiado», relató.

En la vivienda, que tienen alquilada, se encontraba junto a su mujer y a otros dos jóvenes. Según explicó, su casero lleva tres años tratando de que el propietario de la casa donde se declaró el fuego la derribe o la arregle, pues es frecuentada por personas que buscan refugio en ella y temen que algún día pueda ocurrir un incidente grave. «Esta vez ha sido un susto, pero podía haber sido peor», advirtió.