El incendio que el viernes por la tarde costó la vida a un anciano de 86 años en San Roque se originó a causa del brasero eléctrico que, según explicaron los bomberos, prendió la falda de la mesa camilla. En el siniestro resultó herida con quemaduras de segundo grado en la cara y manos su esposa, de 83 años, cuando intentaba socorrer a su marido, que padecía la enfermedad de alzéhimer. La mujer ha sido trasladada a la unidad de Quemados del hospital San Pedro de Alcántara.

También tuvieron que ser atendido otros seis vecinos del bloque, que fue desalojado, por crisis de ansiedad e intoxicaciones leves por monóxido de carbono. Los bomberos explicaron que cuando llegaron al lugar del incendio, en el bajo de un edificio de la calle Doctor Fleming, la policía estaba tratando de apagar las llamas con un extintor desde la ventana, pero que avanzaron de forma muy rápida por lo que no se pudo hacer nada por salvar la vida al anciano.

El fuego calcinó completamente la sala donde se iniciaron las llamas y el humo y las calorías afectaron al resto de la vivienda. Tras sofocar el fuego y ventilar los pisos de las cuatro plantas del edificio, los inquilinos pudieron regresar a casa.