Cuando el alcalde afirmó que hacer una estación provisional del AVE en Badajoz debía ser una broma, no lo dijo tras una reflexión meditada sino que reconocía no tener ni idea de lo que se le estaba preguntando, pero que era eso lo que le parecía en este momento, sin conocer, por supuesto, los motivos de esta propuesta. Pero en política cuesta mucho echarse atrás. No así a Monago, aunque en esta ocasión parece que la salida improvisada de Celdrán ha dado baza a su primer teniente de alcalde para seguir zarandeando los planes del Gobierno en el ya manido tema del AVE. La idea de una estación provisional no debe ser tan descabellada cuando se ha hecho en otras ciudades. Además, lo que se dijo es que se haría como solución mientras Portugal terminaba sus vías, para no retrasar la llegada del AVE a Badajoz desde Madrid y que en el mismo lugar irá el edificio emblemático definitivo. Nada de tener que trazar de nuevo las vías, como sugirió el alcalde. Además, el caso de Badajoz no es el de Mérida, ni el de Cáceres ni el de Plasencia, como comparó Monago, porque la estación de Badajoz tendrá caracter internacional. Esto no es más que otro filón para dar caña al contrario.