Todos los días un pleno, por lo menos

Yo era consciente de la desfachatez de este equipo de gobierno, pero no podía imaginar que pidieran cuentas a otros de lo que ellos practican a diario. ¿Cómo es posible convocar un pleno extraordinario para que rectifique un adversario político por un comentario cuando todos los ciudadanos sabemos que son los miembros del Partido Popular los que insultan, ofenden y desacreditan continuamente. Y no sólo ahora que gobiernan, sino desde que eran oposición?

Estoy segura de que son ellos los que deben al resto de los políticos un pleno extraordinario diario, si tenemos en cuenta la cantidad de barbaridades que dicen y la cantidad de disculpas que deben.

Más vale que en vez de convocar un pleno extraordinario para eso, lo hubiesen hecho para tratar de ver qué se puede hacer para ayudar a Galicia, al igual que toda España se volcó con Badajoz cuando la riada. Más vale que hubiesen contribuido con los ciento cincuenta voluntarios que partieron esos días desde Badajoz organizadas por la Casa de Galicia y Localia y patrocinados por la Diputación Provincial de Badajoz, y de cuyo viaje se ha lavado las manos el Ayuntamiento, como Pilatos en otros tiempos, como hacen con la mayoría de las desgracias ajenas.

Ya está bien de perder el tiempo y de pedir a otros lo que ustedes deben adjudicarse, que como decía mi abuela: "Justicia señor, pero por mi casa no", que es lo que deben pensar en algunos de los barrios de la ciudad.

El pasado domingo estuve en el mercadillo. Era temprano, pues aún no se habían instalado algunos puestos, pero no es del mercadillo de lo que quiero escribir, sino del lamentable estado en que se encuentra el barrio donde se instala cada domingo. No sé qué le hace falta al concejal de este área para actuar en vez de tanto planear.

No sé si queda algún ministro que tenga pendiente su visita a la ciudad, que es lo que está de moda, pero si es así, le propongo dar una vuelta por Suerte de Saavedra, a ver si el ministro cree que hay derecho a que los vecinos vivan rodeados de suciedad permanente.

Y de esta situación no es culpable el mercadillo, como en alguna ocasión se ha manifestado para evadir responsabilidades, sino por la insidia y la dejadez a la que el ayuntamiento tiene sometido a muchos barrios.

ANTONIA MARQUEZ ANGUITA. Badajoz