De vuelta ala normalidad

Ya iba siendo hora de que se acabaran las fiestas navideñas, para poder dejar a un lado la bondad y la paz que se nos exige en estas fechas, y volver a ser "mala" y a criticar cuantas cosas no me parezcan justas y otras que considero que debían cambiar. Por ejemplo:

--La cabalgata de reyes, que si no llega a ser por el relleno de los cuerpos de seguridad, hubiese sido ridícula, teniendo en cuenta que hay muchos pueblos en los que desfilan más de veinte carrozas, sin contar que no subió a la plaza de España. Y digo yo que si los reyes son magos ¿cómo no han subido, aunque hubiese sido andando, o en globo? y por cierto, ¿dónde se mete a diario toda esa policía que rellenaba la cabalgata?

-- El ridículo del pleno extraordinario en un final de año, pidiendo rectificaciones cuando aún está pendiente un pleno para la aprobación de los presupuestos.

-- La negativa del ministro en el tema de la subvención agraria, a sabiendas de que son muchos los jornaleros que necesitan esa ayuda.

-- ¿Para cuándo el asfalto de La Banasta, la desaparición de Los Colorines, la seguridad de Suerte de Saavedra, la biblioteca para Cerro de Reyes, el alumbrado de Antonio Domínguez, las instalaciones deportivas para la margen derecha del Guadiana, el asfaltado del Gurugú, la piscina de San Roque, el arreglo de los accesos de Biblioteconomía y un largo etcétera, sin olvidar, la limpieza general que pide a gritos nuestra ciudad?

Son muchas las tareas pendientes y dada la proximidad de las elecciones, como decía mi abuela: más comer y menos mantel.

También me pregunto cuántos proyectos culturales, musicales y otros morirán en la ciudad de Badajoz antes de que acabe el gobierno del Partido Popular. Hemos visto en los últimos años resurgir los desfiles procesionales, hasta conseguir que la Semana Santa fuese considerada de Interés Turístico Regional, a cambio estamos observando año tras año la muerte del carnaval, lamentamos estos últimos días la desaparición de Almosassa y vemos cómo nuestros jóvenes se desplazan a cualquier pueblo para disfrutar de conciertos que organizan pequeños ayuntamientos.

Por otra parte, la celebración de la segunda fiesta de Mira al Guadiana, cuya primera edición coincidió con la fiesta del Trabajo, no debe ser incompatible con cualquier evento cultural o musical.

ANTONIA MARQUEZ