El López de Ayala tenía ganas de Water Closet el pasado miércoles. Iba a ser su día. Los ganadores de la pasada edición del COMBA, este año con tipo de divas del pop, cerrarían la actuación de la tercera sesión de preliminares por todo lo alto. Y lo hicieron, aunque no contaron con un invitado inesperado. La ‘chirigota’ de Yo no Salgo maravilló a propios y extraños y protagonizó la mejor actuación de lo que llevamos de carnaval. Los Milpejeta se salieron. Un ‘bastinazo’ en toda regla.

El comienzo de la jornada fue malo. Muy malo. Los guiris de Los Indecisos no gustaron a nadie. Sonaron mal y las letras no eran buenas. Simplemente. En sus cantadas tocaron la inmigración, los toros, los resaltes de Sinforiano... Pero todo ello sin gracia ni talento. Un popurrí más animado que el resto del repertorio tampoco se salva de la quema. Lo tendrán difícil para no quedar los últimos. Una fiesta que aspira a Interés Turístico Internacional no puede permitirse actuaciones de este calibre. No son ni de interés de barrio.

Los Chalaos y sus muñecas de trapo, sin ser brillantes, consiguieron hacer olvidar a sus predecesores sobre las tablas del López. No era complicado, en todo caso. La presentación no se entendió (las letras, la idea sí). «A mí no me calla nadie», prometieron en el primer pasodoble. Un anuncio combativo que se quedó en eso, en anuncio, porque de combativo tuvieron poco. Pese a ello, su música, por momentos, resultó agradable y los cuplés, el primero sobre la serie Narcos y el segundo sobre el botellón en Badajoz, pasables. Es cuestionable que tengan nivel para semifinales.

Y, entonces, irrumpieron los chirigoteros de Yo no Salgo en el escenario. Los Milpejeta, como ellos mismos se llaman, lo reventaron. Supieron imitar el gracejo andaluz y salvar el hándicap de encontrarse a un público poco receptivo tras dos actuaciones frías. Con continuos chistes y letras sobre Cádiz, sobre el carnaval gaditano y con no menos referencias al tipo, se lo metieron en el bolsillo. Primer pasodoble a comparar Cádiz y Badajoz. Segundo, muy crítico, a los presupuestos municipales para los carnavales. Buenos los dos. Los cuplés y el popurrí los terminaron de confirmar como candidatos a la final. En resumen: han acertado. Todo por su arte, cabesa, shiquillo, pisha.

Tras el descanso fue el turno de los almendralejenes de Los Hechiceros. La propuesta es original: artistas callejeros de toda índole que custodian las calles. Los disfraces elegidos la hacen más original todavía. Demuestran buen gusto en la música de los pasodobles y las letras, por lo menos, suenan reivindicativas. Aunque escuchándolos en diversas fases del repertorio, con solos que suenan de lujo, parece que desaprovechan sus voces, que se nota están trabajadas, colectivamente.

Las novias despechadas y lloronas de Las Sospechocas protagonizaron la penúltima actuación de la noche. Lo mejor: el estribillo de sus cuplés. Va al tipo, consiguen involucrar a la gente e interactúan con el graderío, hacia donde lanzan un ramo de novia y para reírse de quien lo coja. Los pasodobles, el primero contra el maltrato y el segundo a la ciudad, sonaron sentidos. Terminan el popurrí con un “a Badajoz siempre le diré que sí”. Veremos si les da para llegar al altar de semifinales...

Y las Divas del pop de los Water Closet cerraron la tercera ronda. Los Water tienen algo a su favor: el aval de años de actuaciones brillantes. El público lo entiende así y los espera impaciente, aunque eso puede llevarles a la relajación. Agua pasada no mueve molino, vamos. Ellos lo saben y lo reconocieron ayer en una de sus letras. En el segundo pasodoble, reivindicativo, glorificaron a la mujer valiente. Se mueven en el concurso como pez en el agua, y los chascarrillos que sueltan entre canción y canción son la expresión en su máximo exponente. Estarán en la siguiente ronda, donde se espera suban una marcha. El miércoles los eclipsaron...