No sé si ha sido una maniobra para desviar la atención de los presupuestos municipales del 2009, pero lo del asunto del nombre de las calles clama al cielo. Por ciertas opiniones vertidas aquí y allá venía barruntando que algo tramaba el equipo de gobierno municipal al respecto. Y aquí tenemos el resultado. Ante las presiones de la oposición ha cambiado los nombres de algunas calles, las justas, ha aprobado la retirada de una lápida conmemorativa y, de paso, ha aprovechado para burlarse de la ciudadanía. Eso no es la aplicación de la conocida como Ley de la Memoria Histórica. Eso es, lisa y llanamente reírse, de todos nosotros. De los que, en el ejercicio de nuestros derechos ciudadanos, nos proclamamos de izquierdas. Y a mucha honra.

Porque la susodicha ley no habla de borrar la memoria de demócratas republicanos, de izquierdas o de derechas. Pretende reparar, sólo y con timidez, una injusticia histórica. Y sólo eso. Pero al partido en el gobierno municipal de Badajoz le molesta y recurre a la farsa, al cambalache. Al mal estilo de siempre. Y sale la concejal de Cultura, revestida de la majestad del cargo y del concepto, diciendo, sin inmutarse, que Margarita Nelken no se merece una calle "porque en sus artículos incitaba a la pena de muerte". Como si los hubiera leído.

Me cuesta entenderlo. Y reclamo la aplicación estricta de esa ley. Sin trapacerías. No creo que, ni siquiera en el PP, todos estén de acuerdo con esa forma de actuar. Quiero creer, quiero creer, que en algún lugar tenemos una derecha civilizada, capaz de entender, a setenta años de distancia, lo que significa la palabra reconciliación. Porque leo que nuestra querida y culta concejal comentó: "cuando les toca a ellos no están dispuestos a ceder nada". ¿Quiénes son ellos, señora mía? La oposición, los rojos ¿Y ustedes? Los nacionales, o sus herederos. Ese lenguaje es vergonzoso, en ustedes y en cualquiera. Ustedes, señoras y señores del gobierno municipal, usan un lenguaje indigno, ofensivo. Se comportan con un rencor digno de otras épocas. Pero, ¿qué les da tanta rabia? ¿Qué haya democracia? Pero si ustedes están ahí gracias a ella. Saben lo que les pasa, que para ustedes la guerra no ha acabado. Que siguen dividiendo el mundo en buenos y malos. Que nunca perdonan. Desentonan hasta en un partido que se pretende de centro derecha. Ustedes no son la derecha. Son la derechona.