Lo más importante, según Antonio Latorre, es que lo que produzca el campo se transforme en la fábrica para que el valor añadido se quede aquí. Según sus datos, el tomate que se recoge en Vegas Bajas renta a los agricultores 76 millones de euros, la facturación de las tomateras es 375 millones de euros, sin intermediarios, y eso queda aquí en salarios, energía y puestos de trabajo. Sólo en Vegas Bajas hay 50.000 viajes de camión para acarrear los productos del campo a la fábrica, con lo que eso representa en las gasolineras, los bares donde desayunan y otros servicios. Badajoz aprovecha que es la ciudad mayor del entorno para satisfacer todas las demandas.