Nacimiento: Oliva de la Frontera, 1958. Formación: Enfermería y Antropología por la UEX. Profesión: enfermera del centro de salud del casco antiguo de Badajoz. Premio Regional de Investigación en Ciencias de la Salud.

Su trabajo sobre las relaciones existentes entre los usuarios de etnia gitana del centro de salud del casco antiguo y los profesionales que trabajan en él ganó la segunda edición de los Premios Regionales de Investigación en Ciencias de la Salud. Con él, María del Carmen Rubio desea contribuir a la mejora de las relaciones a través de una aproximación a la cultura de las mujeres gitanas.

--¿Cómo surgió la idea?

--La idea surgió porque en este centro de salud se dan a veces situaciones de enfrentamiento entre los usuarios y nosotros los sanitarios, y en esta zona especialmente un poco más con los gitanos, porque tenemos un importante número de pacientes de esta etnia, y ellos son muy vehementes y piden las cosas con mucha exigencia. Hice el trabajo para una asignatura de Antropología, acabo de terminar esta carrera, y primero hice grupos de discusión con las mujeres gitanas de la zona y al año siguiente hice otra parte con grupos de discusión con los médicos, con el fin de analizar la relación médico-paciente. El trabajo aporta bastante sobre el modo de vida de los gitanos, muy diferente al resto, y su cultura, por eso las relaciones a veces son difíciles y tensas. En Badajoz hay censados 5.700 gitanos, una parte importante vive en el casco antiguo y pertenecen a mi centro de salud.

--¿Qué plantearon las gitanas?

--Yo les planteé qué era para ellas la salud y cuál era su relación con el sistema, y para ellas lo más importante es la salud. Dicen estar muy satisfecha con la atención primaria y con el médico de cabecera, pero la parte que no les gusta es la atención en Urgencias en el hospital Infanta Cristina, se quejan de la espera y aunque todo el mundo tiene que esperar ellos no están acostumbrados a esperar, ellos quieren llegar y besar el santo. Su problema en muchas ocasiones es que no entienden, no se enteran, hay que tener en cuenta que la mayoría de estos gitanos son analfabetos, van a la consulta y no lo dicen, entonces les hacen las recetas y no se están enterando.

--¿Y el personal sanitario cómo se comporta?

--Una de las conclusiones que he sacado en este trabajo es que tenemos que hablar más con ellos y tener en cuenta que la mayoría de los gitanos que llegan a este centro de salud no saben leer ni escribir, y eso el médico tiene que tenerlo en cuenta. Es necesario un aporte extraordinario de paciencia por ambas partes. Lo principal es escuchar, por eso tenemos que escuchar más, pero muchas veces lo que ocurre es que los médicos en sus consultas tienen un gran presión asistencial y no tienen ni tiempo para hablar, cuando al final el problema se resuelve sólo con escucharles. Con los inmigrantes la situación se agrava por el problema del idioma, tengo un paciente rumano que viene a tomarse la tensión y no sabe nada de español, nos entendemos por señas.

--¿Cuál es su conclusión?

--El resumen y la conclusión última es que esto se basa en una relación de respeto y tiene que haber respeto por las dos partes, ya veces aunque cueste trabajo somos nosotros, el personal sanitario, los que tenemos que entenderles y tener paciencia, porque ellos tienen más dificultades para entendernos a nosotros.

--Además de estas dificultades que tienen ¿qué necesidades plantean los gitanos?

--Dicen que no pueden ir nunca a un dentista porque la atención es bastante cara, se quejan de no tener prestaciones de odontología en la Seguridad Social, un empaste o una prótesis les resulta muy caro, ésta es una de las cosas que más me demandaron.

--¿Cómo es la salud de este colectivo?

--Tienen ciertas patologías crónicas, como la hipertensión y la diabetes, en la que los índices son superiores a los del resto de la población, el componente genético se acentúa más por el carácter endogámico de su cultura.